Blanca y radiante va la novia...
Después de múltibles intentoss he gonseguido desfertarme de mi colocón etílico-pedorrense. Aunque la habitación sigue dándome vueltas y más vueltas y más vueltas y ¡¡¡rrrrauuulll!!!, vaya, ahí van los reftos de mi hígado..., guando consigo cerrar los ojos si casi estar de pie.
Tendré que pasarme los próximos días cuidando de mi deplorable estado de salud asín que de momento hoy voy a tomarme el día de relax para ponerme al día de los sucesos que han ido agaeciendo en el fundo fundial.
Al acergarme hasta el guiosco para comprar la última edición del periódicucho local no puedo dejar de percatarme de que en la mayoría de la prensa escrita de la mañana solo se habla de una cosa: la próxima boda del Príncipe Charles Windsor y la señora Camila Parker-Bowls.
Me he fuesto a investigar y en de que resulta que este tal Charles es el actual Príncipe de Gales, heredero al trono del Imperio Británico, y que ya estuvo casado hace años con una tal Lady Diana Spencer con la que tuvo dos retoños, William y Harry. Parece ser que la tal Diana falleció en cirgustancias poco claras mientras pendoneaba con un rico heredero egipcio en París y que Charles lleva media vida enamorado de la tal Camila, que se ha divorciado hace poco de su marido, y que de un tiempo a esta parte ha empezado a ser bien vista y considerada entre la alta sociedad y la realeza del Imperio. Todo el revuelo parece haber comenzado cuando la Santa Iglesia Anglicana ha permitido que se celebre el matrimonio entre el viudo Charles y la divorciada Camila...
Si es que en mis tiempos había más decencia, si la gran soberana su majestad imperial la Reina Victoria levantara la cabeza y viera el mundo tan material y superficial éste en el que me está tocando vivir, ¡seguro que se daba con la tapa del ataud en la cabeza y volvía al infierno de donde nunca debió de salir!
Y me voy a tomar otro lingotazo, porque me lo merezco.
Dios Salve a la Reina, o no...