Crónicas de un caballero británico victoriano viajando por el Contínuo Espacio-Tiempo

Las entradas en el diario de Lord Edgar Rouen Crossbower y su peculiar punto de vista decimonónigo mientras salta de época en época buscando a sus amigüitos perdidos...

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Nacido en Londres en la primera mitad del siglo XIX, nuestro héroe formaría parte de los movimientos sociales más convulsos del Imperio Británico. Conocidas sus inclinaciones socialistas y marxistas y sus amistades con lo peor de los literatos finiseculares británicos, sería ésta la causa de que Herbert George Wells le propusiera que acabara probando su máquina de desplazamiento temporal que lo arrastró miles de años hacia el futuro, enfrentándose con los Morlocks y los políticos ultraderechones de siglos venideros. Después de destruir un universo acabaría como dueño y custodio de un nexo interdimensional viajando por el Contínuo Espacio-Tiempo conocido como la TEMPRANIS. Junto a su amada y a sus animalillos, continúa sus peripecias allí donde el destino le lleve...

22.4.07

Para ser conductor de primera...

Querido diario:
Fue muy duro ver cómo el sistema TRANSMAT sacaba de la parte trasera de mi vieja máquina de desplazamiento temporal a MacArralu. Era muy posible que no nos volviéramos a ver pero prefería ser yo el que detuviera aquella explosión antes de que el universo (y aquella rama de la línea del Contínuo Espacio-Tiempo) fueran reducidas a quarks.
Me coloqué en el asiento del piloto, con cierta dificultad (he engordado un pelín desde la última vez que había estado en aquel vehículo) e hice todas las comprobaciones que se me ocurrieron. Por suerte, el hechizo que había cortocircuitado el panel de mandos ya no estaba activo y pude desviar algo de energía al sistema de viaje temporal, por lo que me desvanecí de aquel tiempo. Busqué la situación de la autopista de agujeros de gusano en el navegador y usando los intermitentes me introduje en el sentido de la circulación. Aceleré todo lo que pude para alejarme de la intersección que conectaba con aquella época y con aquel universo en particular para que cuando explosionara el motor no resultara dañado por la onda expansiva ninguna parte del tiempo ni del espacio cercana. Las luces del panel de sobrecarga estaban completando su mortal ciclo de iluminación. Si mis cálculos eran correctos, me quedaba poco menos de dos minutos para la explosión y la situación no estaba nada mal. Decidí dejar en automático el sistema de guía e intenté aprovechar el poco tiempo restante para investigar sobre cómo podía haber sobrevivido mi máquina de desplazamiento temporal a la destrucción del otro universo. Los archivos y diarios de navegación estaban aún en el ordenador de vuelo, por lo que usando mi reloj de bolsillo los comencé a descargar para poder analizarlos una vez me pusiera a salvo.
Un archivo en particular llamó mi atención. Se llamaba "Epimetheus Electromagnetics" y brillaba al pasar el cursor por encima. Le hice un doble click y pude ver cómo una luz muy brillante iluminaba todo el panel de mandos, cegándome. El sonido del motor se incrementó a gran velocidad mientras una voz ronca y aguda surgía del sistema de comunicaciones diciéndome que ya me había metido en demasiados asuntos ajenos...
No podía ver bien ni sabía el tiempo que me quedaba, por lo que desconecté el enlace entre el ordenador y mi reloj de bolsillo y activé el botón del TRANSMAT de emergencia. El sonido familiar me envolvió y me quedé flotando mientras como un susurro lejano parecía llegarme el eco de la explosión.
No pasé demasiado tiempo flotando en medio de los agujeros de gusano ya que el mismo sistema de transportación llevaba una baliza de emergencia y ésta fue la que atrajo hasta mí a la TEMPRANIS. Un hechizo de atracción me llevó hasta la escotilla de embarque y, algo aterido por el frío, entré en la nave.
MacArralu me comentó que había conseguido llegar justo en el segundo siguiente al que Scythe había desaparecido y, sin llamar demasiado la atención, había podido reanimar al cura y entregarle la reliquia de la Santa Faz como si no hubiera pasado nada. Yo le comenté que tenía bastantes datos bajados del ordenador de mi antigua nave temporal y pretendía descargarlos en los ordenadores malignos del Doctor Pak-Uito para analizarlos concienzudamente. Cuando conecté mi reloj de bolsillo al ordenador me llevé la sorpresa de que eran irrecuperables. Toda la información estaba corrompida y tuve que desactivar mi reloj ya que algún tipo de virus informático pretendía entrar en los sistemas de la TEMPRANIS pero los cortafuegos y los demás medios de seguridad de la nave los habían aislado y detenido.
Tenía un nuevo enemigo, desconocido de momento, que me conocía bien a mí y a mis aliados. De momento contaba con la ayuda de un muermo-boy corrompido, Scythe, y solo tenía una pista remota de algo importante para ellos: "Epimetheus Electromagnetics".
Mi divagación personal fue interrumpida al llegar un aviso de uno de los comunicadores de nuestros dos compañeros. ¿Quién sería de los dos, el Nigromante con Juanito el Zahorí Cabezón, o tal vez Tom-Asín con el Doctor Pak-Uito? No tardaríamos en averiguarlo.

21.4.07

Paradojas de predestinación: yo estaba allí porque tenía que estar

Querido diario:
Puse todos los sensores en modo activo con la intención de que registraran todo lo que sucedía allí desde aquel mismo segundo. Aún no teníamos señal de la máquina de desplazamiento temporal que conducía Scythe con la reliquia de la Santa Faz pero sí que recibíamos lecturas de gente acercándose y ya estaban a la altura del Barranco de Lloixa (lugar donde según la tradición tuvo lugar el primero de los milagrosos acontecimientos que darían lugar a la tradición y a la peregrinación anual al monasterio el segundo jueves de Pascua). Activé el circuíto camaleónico que nos hizo adoptar la forma de una nube y MacArralu preparaba su varita mágica para usar un hechizo de protección sobre la comitiva de creyentes que habían salido en peregrinación para pedir a la reliquia de la Santa Faz que intercediera con el Altísimo y acabara con la dura sequía que castigaba el campo alicantino ese año.
El grupo de personas seguían a Fray Benito de Valencia y prácticamente ya estaban llegando a la ermita de los Ángeles. Por los sensores de audio podíamos captar cómo los asistentes se quejaban de que no podrían asistir todos a la Eucaristía por lo que decidieron celebrarla en el exterior. La ceremonia era bastante normalita, pero se mascaba la devoción de la gente en cada palabra en latín que el fraile pronunciaba.
La alarma de proximidad me confirmó que estaba apareciendo en ese mismo instante la máquina de desplazamiento temporal que pilotaba Scythe y cambié la dirección de la TEMPRANIS embistiéndole violentamente. El choque fue duro, lo suficiente como para que cayéramos al suelo unos segundos. Ese corto espacio de tiempo fue el suficiente para que desde la máquina de Scythe surgiera un rayo de tracción que cayó sobre la reliquia de la Santa Faz que en esos mismos instantes estaba levantando delante de la concurrencia Fray Benito con la intención de bendecir a todos los presentes. Al ver que tenía la intención de cambiar el mismísimo pasado robando la Santa Faz antes de que se produjera el milagro, MacArralu usó su varita para hacer que el rayo de tracción levantara también al fraile.
La gente, sorprendidos ante el suceso, cayeron de rodillas mientras veían cómo la Santa Faz arrastraba hacia los cielos al fraile. Mis sensores detectaban un incremento en la energía de los sistemas de armas de la máquina del desplazamiento temporal, intenté meterme en su ordenador principal desde mis consolas usando los ordenadores malignos del Doctor Pak-Uito. Lo conseguí justo en el momento en que la imagen religiosa llegaba hasta lo más alto. Los sistemas de armamento se colapsaron y chorros de vapor comenzaron a salir de la máquina temporal de Scythe. Activé el sistema TRANSMAT para fijar a la reliquia que Scythe tenía consigo pero el propio Demonio Rojo intentaba reactivar sus escudos para detener el transportador. MacArralu decantó de nuestro lado la balanza al usar un hechizo para cortocircuitar sus paneles de mando y la Santa Faz fue transportada a nuestra nave. El calor resultante y la ionización de la atmósfera provocaron que comenzara a llover con fuerza ante los atónitos observadores de abajo (¡Milagro! ¡La Santa Faz ha hecho llover!). Usé el sistema camaleónico para que pareciera que nuestra nave y la de Scythe adoptaran la forma de la reliquia por partida doble. Sin quererlo, habíamos participado en la creación del 2º milagro y ya que aún teníamos al pobre fraile flotando en el aire, le bajamos con mucho cuidado y camuflamos ambas naves mientras que el agua seguía cayendo con fuerza.
La nave de Scythe seguía flotando gracias al campo de anulación gravitatoria que envolvía a la TEMPRANIS pero no sabíamos si éste estaría ya reparando los sistemas. Para evitar males mayores usamos el TRANSMAT para entrar en la nave enemiga. Nos materializamos en el asiento trasero (¡ah, si yo no fuera un caballero británico la de cosas que podría contar de lo que hice en mis días en aquellos cómodos y amplios asientos!) pero ya no estaba Scythe en los mandos y sí una grabación holográfica en la que el Demonio Rojo nos decía que de momento habíamos conseguido detener sus planes pero no podríamos detenerles siempre ni a él ni a los demás. Ante mi pregunta sobre el porqué de sus acciones y dónde había estado hasta aquel momento y cómo había sobrevivido mi nave, se limitó a sonreir (o por lo menos eso me parecía que estaba haciendo desde el interior de su máscara de lucha libre mexicana) y me aseguró que si sobrevivíamos, nos volveríamos a ver.
La imagen holográfica se desvaneció y pude comprobar que, al igual como yo hiciera meses antes, Scythe había activado el sistema de autodestrucción del motor temporal de la nave. Y sabiendo que la última vez me había cargado un universo con él, no me apetecía nada que encima fuera éste y en el pasado... Le dije a MacArralu que volviera a la TEMPRANIS y la sacara de allí viajando hacia el futuro, hacia el momento en el que habíamos ido detrás de Scythe. Yo intentaría sacar la nave del Contínuo Espacio-Tiempo en la autopista de agujeros de gusano. Si todo iba bien, la explosión no afectaría a ningún universo y aún podrían sacarme de allí con el TRANSMAT de emergencia que había instalado recientemente en mi rejoj de bolsillo, avisándola de que podían venir a recogerme.
¿Lo conseguiría?

20.4.07

Persecución a través del Tiempo y el Espacio

Querido diario:
Estábamos con un palmo de narices allí en mitad de la plazoleta, delante del monasterio de la Santa Faz. Acabábamos de ver cómo Scythe, el Demonio Rojo, acababa de saltar y entrar en mi vieja máquina de desplazamiento espacio-temporal (la cuál yo daba por destruida junto con el universo alternativo en el que estábamos) y había huído de allí con la mismísima reliquia de la Santa Faz. No teníamos ni idea de a dónde o cuándo había escapado, pero no recordaba de ninguno de mis viajes el hecho histórico de que alguien vestido de gladiador de lucha libre mexicana hubiera robado la Santa Faz, por lo que se trataba de una anomalía temporal. De alguna manera, con esa acción el Demonio Rojo estaba cambiando la línea del tiempo creando una realidad alternativa... Pero, ¿con qué propósito? ¿Estaría también corrompido como el Monicaco Pródigo cuándo le conocimos por primera vez?
Debía seguir su rastro y gracias a que había cruzado las computadoras y los sensores de la TEMPRANIS con la Tarjeta de Posicionamiento Temporal que en su día le inyecté a Scythe, si me apresuraba me permitiría encontrar su posición en el Contínuo Espacio-Tiempo. Por desgracia, estábamos bastante lejos de donde habíamos aterrizado y no sabía cómo hacer funcionar el sistema TRANSMAT (transportador de materia) con el que contaba la TEMPRANIS a tanta distancia. MacArralu anuló el hechizo que la había convertido en una Super-Girl y me comentó que no habría problemas en saltar hasta la nave con otro de sus sortilegios. Sacando su varita mágica hizo un movimiento de izquierda a derecha y dijo "Locus Cambius", un brillo nos envolvió y nos vimos en un parpadeo delante del wc portátil en el que estaba camuflada la TEMPRANIS. Saqué mi llave y abrí la puerta, al instante estábamos en el puente de mando de la nave espacio-temporal. Mientras que Pruna y MacArralu se cambiaban de ropa, comprobé los sistemas de navegación para seguir la pista de nuestro ladrón y parecía que estaba dentro de la autopista de agujeros de gusano y si no nos poníamos en marcha pronto no tardaría mas que segundos en perderle la pista. Activé todos los sistemas de propulsión y la desmaterialización tuvo lugar lo más rápidamente que el motor de impulso transdimensional nos permitía sin dañarlo permanentemente.
Las sacudidas comenzaron nada más salir del espacio lineal y entramos en la autopista de agujeros de gusano. Conocía bien cómo mover la nave a través de las corrientes que asolaban los agujeros, como dejar que la deriva nos meciera sin oponer resistencia. Aceleré al máximo los propulsores de taquiones y los sensores no tardaron en volver a captar la señal del motor espacio-temporal de mi vieja máquina del tiempo. MacArralu y Bat-Pruna regresaron al puente y optamos por alguna manera de obligar a Scythe a que abandonara la autopista de agujeros de gusano, aunque esto podría ser mucho más peligroso ya que no tendríamos claro dónde saldríamos (ya fuera espacial o temporalmente hablando). Había encontrado recientemente los sistemas de armamento con que contaba la TEMPRANIS pero eran tan peligrosos de usar que no sabía si podría simplemente detener a Scythe sin matarlo o destruir la reliquia de la Santa Faz. MacArralu optó por usar a Manchas como arma: le colocó en uno de los surtidores de emergencia y le dejó orinar allí. Los orines (ya de por sí tóxicos) se juntaron con los vapores y un fogonazo de plasma obligó a Scythe a salir brúscamente de la corriente espacio-temporal en una salida secundaria.
Dirigí la nave hacia ellos y nos materializamos a varios cientos de metros de altura sobre la superficie de un planeta de clase M (adecuado para soportar vida humanoide basada en carbono y que respira una mezcla de oxígeno y nitrógeno). Los archivos de viaje comenzaron a triangular nuestra posición según los datos atmosféricos y las emisiones de taquiones de alrededor: estábamos sin duda en la Tierra, en Europa, en España, en la Comunidad Valenciana, en Alicante, en los alrededores del monasterio de la Santa Faz. Los ordenadores no tardaron en escupir la fecha exacta de nuestra actual situación: 25 de marzo de 1489. Y según los datos que teníamos, aquél fue el día del 2º Milagro de la Santa Faz...

19.4.07

Una Peregrina especial...

Querido diario:
La situación a bordo de la TEMPRANIS bordeaba el caos. Habíamos estado casi 48 horas saltando en el Tiempo y el Espacio para llevar a mis compañeros de viaje a sus destinos finales: el Nigromante, ante las noticias de una inmimente invasión en Olarcos por parte de los temibles cazadores oscuros de Galintrah, nos había intentado coaccionar para que dirigiéramos una misión de reconocimiento (y rescate, en su caso, del Zahorí Cabezón) y lo habríamos hecho si no nos hubiéramos encontrado con un dilema ya que Tom-Asín, el Monicaco Rural, no tenía noticias sobre el Doctor Pak-Uito desde que dejara la nave para ir a las costas escandinavas del siglo VII, y temiendo por su vida (o por la de los pobre vikingos que le salieran al paso, nunca se sabe) también nos pedía que fuéramos a buscarlo con la misma insistencia que el Nigromante. Para que no llegáramos a un baño de sangre MacArralu y un servidor llegamos a la única decisión posible: dejar a cada uno de los implicados en el destino elegido y organizarnos bien para proceder a la recogida de cada grupo en cuanto fuera necesario. Para ello volví a inyectarles en el torrente sanguíneo una de las tarjetas de posicionamiento temporal (que les mantendría en mis escáneres temporales en todo momento) y les entregué un comunicador para mantenernos en contacto directo. Tras esto, saltamos y les dejamos en su puntos de salida.
Ahora resultaba que teníamos la TEMPRANIS toda para nosotros, pero el plan de tener que quedarme allí dentro esperando a que alguno de estos dos se pusieran en contacto para recogerles no me apetecía nada de nada. Consulté la agenda de fiestas en los ordenadores malignos del Dr. Pak-Uito y me di cuenta de que tal día como hoy se celebraba la peregrina de la Santa Faz desde Alicante. Se lo propuse a MacArralu y ésta aceptó, siempre y cuando lleváramos con nosotros a Bat-Pruna. No tenía ganas de discutir por lo que acepté a la primera y dirigí la nave a las coordenadas de materialización al lado justo del edificio de la pirámide en la Avenida de Denia. Hice que la TEMPRANIS adoptara la forma externa de un WC portátil azul con el símbolo de ocupado permanentemente y programé el sistema de comunicaciones para que nos reenviara cualquier aviso del Nigromante o de Tom-Asin.
Salimos vistiendo ropa cómoda y calzado para andar y MacArralu le compró un pañuelo de peregrino a Pruna (que se había dejado el uniforme en la nave) Anduvimos rápido esquivando a las hordas de jovenzuelos borrachuzos que se nos cruzaban, el clima estaba un poco revoltosillo ya que un momento lucía el sol más caluroso como al segundo había nubes grises tapandonos y soplaba un viento fuerte y helado. Nos tomamos la mistela de rigor y pocos minutos después llegábamos a la zona del monasterio en donde la fila de peregrinos deseosos de entrar en el camerín donde guardan la reliquia ya llegaba a la carretera. Al fondo de la calle veíamos cómo estaban recogiendo la reliquia para guardarla dentro después de la celebración de la misa.
Habríamos seguido de largo si en aquel momento no hubiéramos oído una algarabía que nos hizo regresar a la plazoleta donde estaba situada la reliquia de la Santa Faz. Al llegar esquivamos la estampida de personas que corrían como alma que lleva el diablo y lo que vimos nos dejó sin habla. Alguien había robado la Santa Faz. Y ese alguien estaba plantado delante nuestra, a una decena escasa de metros. Era un hombre alto, corpulento, vestía con una camisa blanca con una ilustración de la portada de un disco de Pink Floyd y su rostro quedaba ocultado por una máscara de lucha libre mexicana. Conocía perfectamente a aquel hombre y en otras circunstáncias habría estado encantado de haberlo encontrado. Era el Padawan de Muermo-Boy, Scythe, El Demonio Rojo.
Me acerqué para intentar saber hasta qué punto realmente estaba involucrado Scythe en el robo, tal vez él hubiera llegado para detener al ladrón... Por mucho que intentara darle la vuelta a la situación en mi imaginación la realidad se tornaba aún más compleja: el cuerpo inconsciente del cura estaba a sus pies y la reliquia estaba en sus manos. Pruna comenzó a gruñir y a enseñarle los dientes y MacArralu comenzó a murmurar algún tipo de hechizo mientras que Scythe nos dejaba claras sus intenciones, se iba a llevar la Santa Faz y nadie se le iba a interponer como bien pudieron comprobar un par de policías locales que acababan de llegar. Con dos rápidos movimientos se los quitó de encima y los dejó hechos unos guiñapos. En ese momento el hechizo de MacArralu tuvo su efecto ya que se quitó la chaqueta que llevaba y por debajo pude ver que llevaba una camiseta con una S, se había convertido en una versión femenina de Clark(ito) Kent de Todos los Santos y se lanzaba a supervelocidad contra Scythe junto a Pruna. El combate fue rápido y fuerte, los golpes resonaban en aquella plaza mientras las piedras volaban como pequeños proyectiles disparados por un ejército invisible de francotiradores. Usé mi enlace remoto con la TEMPRANIS para asegurarme de que realmente aquél era Scythe y los sensores espacio-temporales me confirmaron de que aquel hombre sí que llevaba aún la tarjeta posicional temporal. El Demonio Rojo se quitó de encima a Pruna y se la lanzó a MacArralu que la interceptó. Aquello fue lo que Scythe necesitó para alejarse de un salto y la segunda sorpresa no se hizo esperar: flotando a un par de metros del suelo se acababa de rematerializar un vehículo que conocía perfectamente, MI VIEJA MÁQUINA DE DESPLAZAMIENTO ESPACIO-TEMPORAL (que usé para destruir el universo en la otra realidad alternativa), y entrando con la reliquia se sentó a los mandos y con un zumbido desapareció.
No tenía ni idea de lo que había pasado pero era muy grave. El robo de la Santa Faz, la reaparición de Scythe y encima con mi máquina del tiempo, ¿podía pasar algo más?

15.4.07

La III República (Oda a los efluvios del alcohol)

Querido diario:
Para variar un poco de la rutina, decidimos poner la TEMPRANIS en rumbo de interceptación para ver la proclamación de la 2ª República Española el 14 de abril de 1931. Nos pasamos antes a recoger a Solitary_Moon y a Mochuel-ín Lent-illín (que se nos ha sacado novia, ¡el Apocalipsis Monicaco se acerca!) y nos materializamos en Alicante para ver de primera mano tan magno acontecimiento...
Por desgracia unas horas antes el doctor Pak-Uito, el Monicaco Pródigo, había estado usando sus ordenadores malignos en conjunción con los sistemas de navegación espacio-temporal ya que quería acudir a una reunión de criaturas míticas en la Dinamarca del siglo VI y parece ser que trastocó algo de la matriz de salto y en vez de acabar en el año que buscábamos aparecimos en el año 2007, 76 años después de la época donde queríamos llegar.
Podríamos haber recalibrado el sistema de navegación de nuevo, pero decidimos aprovechar la ocasión y nos fuimos a cenar a un restaurante italiano bastante majo cerca del parque de Canalejas, Pizza Jardín. La comida fue de lo más amena y la cerveza y los chupitos de orujo-miel nos dejaron muy buen sabor de boca. De allí nos acercamos al Malatesta, un pub de esos de madera especializado en cervezas de importación...
Desde allí nos acercamos al Barrio a ver si veíamos a una compañera de trabajo (¿?), joven ella y borrachuza que responde al apelativo de Gloria la tigresa. Nos invitó a unos cuantos chupitos en el Baccus y aguantamos hasta que cerraron el local.
Bastante tocaditos nos dirigimos a buscar a otro de nuestros compañeros de viajes, el joven Clark(ito) Kent de Todos los Santos que estaba con unos amiguetes de la Liga de la Justicia Europea tomandose copas y moviendo el esqueleto en el Puerto de Alicante. Al llegar nos entró el hambre leonina y nos metimos un kebab entre pecho y espaldas hasta que el SuperNén apareció. El señor Nigromante le dedicó unos piropos (aprovechando que el Zahorí Cabezón estaba también de viaje por sus tierras natales en Olarcos) y estuvimos allí un rato hasta que nos entró sueño y volvimos a la TEMPRANIS. Dejamos en sus respectivos hogares y/o épocas temporales y proseguimos nuestro viaje sin rumbo por el Contínuo Espacio-Tiempo mientras nos hacíamos a la idea de que tarde o temprano llegaría la III República y queríamos estar sobrios para verla venir (o al menos para esquivarla) Buenas noches.

10.4.07

Tu amor solo no es suficiente...

Querido diario:
Parece que no hay dos sin tres y ahora le toca estrenar single a otro de mis grupos favoritos de finales del siglo XX y principios del XXI: Manic Street Preachers.
Para presentar su nuevo disco se han acompañado de Nina Persson (vocalista de The Cardigans) en este single que han titulado Your love alone is not enough. No es que sea una gran canción, pero suena a Manics y uno ya con eso se da con un canto en los piños con lo que se escucha por ahí... Ahora la TEMPRANIS cuenta con unos momentos de musiquilla amena (cuando el resto de mis compañeros de viaje me lo permite, claro)
Os dejo con su video, sencillo pero resultón.

8.4.07

Juntos semos invensibles!!!

Querido diario:
Lo malo de poder viajar por el Contínuo Espacio-Tiempo es que acabas conociendo a mucha gente y no siempre para bien. Yo ya sabía que la venganza de los Mositos Peluchines no tardaría en llegar pero no me imaginaba que fuera a través de un vídeo musical de MUSE.
Menos mal que al final si estamos juntos, somos invencibles...

¿Verdad que es una monada?