Crónicas de un caballero británico victoriano viajando por el Contínuo Espacio-Tiempo

Las entradas en el diario de Lord Edgar Rouen Crossbower y su peculiar punto de vista decimonónigo mientras salta de época en época buscando a sus amigüitos perdidos...

Mi foto
Nombre:

Nacido en Londres en la primera mitad del siglo XIX, nuestro héroe formaría parte de los movimientos sociales más convulsos del Imperio Británico. Conocidas sus inclinaciones socialistas y marxistas y sus amistades con lo peor de los literatos finiseculares británicos, sería ésta la causa de que Herbert George Wells le propusiera que acabara probando su máquina de desplazamiento temporal que lo arrastró miles de años hacia el futuro, enfrentándose con los Morlocks y los políticos ultraderechones de siglos venideros. Después de destruir un universo acabaría como dueño y custodio de un nexo interdimensional viajando por el Contínuo Espacio-Tiempo conocido como la TEMPRANIS. Junto a su amada y a sus animalillos, continúa sus peripecias allí donde el destino le lleve...

20.4.07

Persecución a través del Tiempo y el Espacio

Querido diario:
Estábamos con un palmo de narices allí en mitad de la plazoleta, delante del monasterio de la Santa Faz. Acabábamos de ver cómo Scythe, el Demonio Rojo, acababa de saltar y entrar en mi vieja máquina de desplazamiento espacio-temporal (la cuál yo daba por destruida junto con el universo alternativo en el que estábamos) y había huído de allí con la mismísima reliquia de la Santa Faz. No teníamos ni idea de a dónde o cuándo había escapado, pero no recordaba de ninguno de mis viajes el hecho histórico de que alguien vestido de gladiador de lucha libre mexicana hubiera robado la Santa Faz, por lo que se trataba de una anomalía temporal. De alguna manera, con esa acción el Demonio Rojo estaba cambiando la línea del tiempo creando una realidad alternativa... Pero, ¿con qué propósito? ¿Estaría también corrompido como el Monicaco Pródigo cuándo le conocimos por primera vez?
Debía seguir su rastro y gracias a que había cruzado las computadoras y los sensores de la TEMPRANIS con la Tarjeta de Posicionamiento Temporal que en su día le inyecté a Scythe, si me apresuraba me permitiría encontrar su posición en el Contínuo Espacio-Tiempo. Por desgracia, estábamos bastante lejos de donde habíamos aterrizado y no sabía cómo hacer funcionar el sistema TRANSMAT (transportador de materia) con el que contaba la TEMPRANIS a tanta distancia. MacArralu anuló el hechizo que la había convertido en una Super-Girl y me comentó que no habría problemas en saltar hasta la nave con otro de sus sortilegios. Sacando su varita mágica hizo un movimiento de izquierda a derecha y dijo "Locus Cambius", un brillo nos envolvió y nos vimos en un parpadeo delante del wc portátil en el que estaba camuflada la TEMPRANIS. Saqué mi llave y abrí la puerta, al instante estábamos en el puente de mando de la nave espacio-temporal. Mientras que Pruna y MacArralu se cambiaban de ropa, comprobé los sistemas de navegación para seguir la pista de nuestro ladrón y parecía que estaba dentro de la autopista de agujeros de gusano y si no nos poníamos en marcha pronto no tardaría mas que segundos en perderle la pista. Activé todos los sistemas de propulsión y la desmaterialización tuvo lugar lo más rápidamente que el motor de impulso transdimensional nos permitía sin dañarlo permanentemente.
Las sacudidas comenzaron nada más salir del espacio lineal y entramos en la autopista de agujeros de gusano. Conocía bien cómo mover la nave a través de las corrientes que asolaban los agujeros, como dejar que la deriva nos meciera sin oponer resistencia. Aceleré al máximo los propulsores de taquiones y los sensores no tardaron en volver a captar la señal del motor espacio-temporal de mi vieja máquina del tiempo. MacArralu y Bat-Pruna regresaron al puente y optamos por alguna manera de obligar a Scythe a que abandonara la autopista de agujeros de gusano, aunque esto podría ser mucho más peligroso ya que no tendríamos claro dónde saldríamos (ya fuera espacial o temporalmente hablando). Había encontrado recientemente los sistemas de armamento con que contaba la TEMPRANIS pero eran tan peligrosos de usar que no sabía si podría simplemente detener a Scythe sin matarlo o destruir la reliquia de la Santa Faz. MacArralu optó por usar a Manchas como arma: le colocó en uno de los surtidores de emergencia y le dejó orinar allí. Los orines (ya de por sí tóxicos) se juntaron con los vapores y un fogonazo de plasma obligó a Scythe a salir brúscamente de la corriente espacio-temporal en una salida secundaria.
Dirigí la nave hacia ellos y nos materializamos a varios cientos de metros de altura sobre la superficie de un planeta de clase M (adecuado para soportar vida humanoide basada en carbono y que respira una mezcla de oxígeno y nitrógeno). Los archivos de viaje comenzaron a triangular nuestra posición según los datos atmosféricos y las emisiones de taquiones de alrededor: estábamos sin duda en la Tierra, en Europa, en España, en la Comunidad Valenciana, en Alicante, en los alrededores del monasterio de la Santa Faz. Los ordenadores no tardaron en escupir la fecha exacta de nuestra actual situación: 25 de marzo de 1489. Y según los datos que teníamos, aquél fue el día del 2º Milagro de la Santa Faz...