Crónicas de un caballero británico victoriano viajando por el Contínuo Espacio-Tiempo

Las entradas en el diario de Lord Edgar Rouen Crossbower y su peculiar punto de vista decimonónigo mientras salta de época en época buscando a sus amigüitos perdidos...

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Nacido en Londres en la primera mitad del siglo XIX, nuestro héroe formaría parte de los movimientos sociales más convulsos del Imperio Británico. Conocidas sus inclinaciones socialistas y marxistas y sus amistades con lo peor de los literatos finiseculares británicos, sería ésta la causa de que Herbert George Wells le propusiera que acabara probando su máquina de desplazamiento temporal que lo arrastró miles de años hacia el futuro, enfrentándose con los Morlocks y los políticos ultraderechones de siglos venideros. Después de destruir un universo acabaría como dueño y custodio de un nexo interdimensional viajando por el Contínuo Espacio-Tiempo conocido como la TEMPRANIS. Junto a su amada y a sus animalillos, continúa sus peripecias allí donde el destino le lleve...

19.6.05

Realidades desapercibidas Parte 2: Alicotham, ciudad del crimen


MJ y Bridget acosan al Señor de la Noche

Querido diario:
Después de haber vuelto a revisar la máquina de desplazamiento temporal y ajustado los propulsores de plasma-repujado conseguí regresar al continuo espacio-tiempo desde el retén de la Guardia Civil Temporal. Las malas noticias sobre el Culo del Infierno y sus implicaciones entre todas las dimensiones me estaba dando una gastritis de aupa, menos mal que habíamos evitado la multa que si no... El agujero de gusano que conseguí tomar estaba bastante colapsado, se notaba que las vacaciones de verano ya estaban a la vuelta de la esquina y los domingueros temporales comenzaban a salir a la carretera (si es que estos madrileños están en todas partes)
Estuvimos en medio de la caravana durante casi tres horas, avanzando centímetro a centímetro, la desesperación se mostraba en todos los rostros aunque Bridget estaba tan contenta sacando medio cuerpo por la ventanilla e increpando a todos los conductores temporales con los que se encontraba. Me las vi muy negras cuando después de haber insultado a un camionero de Alabama, éste descendió de la cabina de su camión de ocho ejes y medio y se encaró con nosotros. Bridget se encargó de él usando sus habilidades de Strudel-slayer, es decir, rodillazo en los cataplines y patada en la boca, y asunto cerrado.
Vi una salida a escasos 2 metros a nuestra derecha, veintisiete minutos más tarde conseguíamos entrar en ella y continuamos el viaje hacia Alicante en el siglo XXI. El traqueteo del camino me puso los pelos de punta porque me parecía que, para variar, había vuelto a cagarla: ¿estaríamos en una nueva realidad desapercibida?
El resplandor ante nuestros ojos nos indicó que abandonábamos el agujero de gusano y regresabamos al continuo espacio-tiempo normal. En cuanto nuestra visión se acostumbró a la oscuridad ambiental nos dimos cuenta de que estábamos en mitad de la Avenida de la Estación, en frente de la Diputación y de la Fnac Bulevar. Cientos de personas corrían por las calles mientras el pavimento se abría y las tapas de las alcantarillas salían disparadas por la presión de las tuberías que dejaban salir bocanadas de vapor de agua. Había policías intentando que la gente, que actuaban como si estuvieran desquiciados o tripados, mientras varios tipos vestidos de negro con katanas luchaban contra ellos y un grupo de malhechores vestidos con monos naranjas con el nombre de Albaterham Assylum en sus espaldas. Me tuve que frotar los ojos cuando vi a nuestra compañera MJ Gunsmith vestida de detective de policía (gabardina incluida) increpando a sus compañeros para que ayudaran a los ciudadanos alterados y lucharan contra los criminales. Bridget me abrió camino, apartando a los cretinos que se atrevían a ponerse en nuestro camino. Conseguimos alcanzar a MJ, la cual no pareció reconocernos, y que se presentó como la sargento MJ Gordon-smith del Departamento de Policía de Alicotham. Nos comentó que la ciudad estaba en peligro, algún lumbreras había dejado escapar a los criminales locos del Albaterham Assylum y una panda de ninjas estaban metiendo caña a su gente mientras las cañerías de toda la ciudad estaban saltando por los aires y la gente se le iba la pinza por el vapor de agua. Menos mal que ella se había inmunizado gracias a su amiguete. En ese momento vimos caer en mitad de la calle al Caballero Oscuro, un hombre de metro ochenta y nueve, vestido con un traje ajustado de color gris con capa y máscara con cuernecitos. Vimos como él solito se lió a golpes con catorce criminales, trece ninjas y diecisiete colegialas ávidas de sexo loco. Se acercó hasta nosotros y saludando a la sargente MJ se presentó ante nosotros como Batman, me tuve que agarrar a él porque casi resbalo ante las babas y demás fluidos corporales (vaginales, en su mayoría). Tanto Bridget como MJ se acercaron al Caballero de la capa y se colocaron a ambos lados de él con aptitudes lascivas (ver foto que corona esta entrada en mi querido diario) pero tuvieron que separarse al ver que se acercaba por allí el malo maloso de la función: la mente maestra del ataque a Alicotham, el malvado, el maquiavélico, el maligno Pak al-ghoul. Este hombrecillo de perilla pronunciada y pelo largo al viento, comenzó a reirse como si de una ametralladora se tratara (juajuajuajuajua) y comenzó a luchar contra Batman con su florete de esgrima. La pelea continuaba, esquivábamos los golpes de varios enemigos mientras retrocedíamos hacia nuestra máquina de desplazamiento temporal. En ese momento me pareció ver por el rabillo del ojo a dos personas que estaban en lo alto del edificio de la Diputación. Me giré y pude comprobar que allí estaban, vestidos de negro riguroso, con sus gafas de sol negras y fumando puros, Robin "J.B." FistFucking y otro tipo de casi 2 metros de altura. Se notaba desde allí su poder y el otro tipo señaló hacia la fachada de la Fnac Bulevar, miré hacia donde él señalaba pero no vi nada, me giré y ya no estaban allí.
Entramos en la cabina de la máquina de desplazamiento temporal y mientras preparaba el sistema de vuelo para regresar a la red de agujeros de gusano no dejaba de darle vueltas a lo que acababa de ver ¿por qué me habían señalado aquel edificio? ¿Qué tenía que ver la Fnac Bulevar en todo aquello?
Salimos de allí, retomamos el camino y después de catorce horas más conseguí llegar al camino adecuado y de nuevo nos volvimos a encontrar en Alicante, en mitad de la Avenida de la Estación, no parecía que nada hubiera pasado de momento, ni Apocalipsis Monicaco ni apertura todal del Culo del Infierno... Pero en ese momento me di cuenta de todo: habíamos vuelto a aparecer en el mismo sitio, en frente de la Fnac Bulevar. Me puse a hacer memoria y no era la primera vez que nos había pasado esto, cuando llegué a Alicante por primera vez me había materializado justo en aquella calle, y también había pasado lo mismo en la realidad desapercibida de Alicotham. Tal vez simplemente se trataría de una salida de un agujero de gusano, pero ya no lo tenía tan claro. Bridget salió del vehículo y se quedó mirando la fachada del edificio y dijo: "Este lugar apesta a maldad" Abrí bien los ojos y algo en mi interior me dijo que lo teníamos delante nuestra: el Culo del Infierno estaba en la Fnac...

12.6.05

Realidades desapercibidas Parte 1: El Colectivo TunOrg


El Colectivo TunOrg te quiere en sus filas

Querido diario:

Intenté por todos los medios aguantar los mandos de control de mi máquina de desplazamiento temporal, pero de nuevo las sacudidas que experimentamos en el viaje a través de los agujeros de gusano nos estaban dando más de un problema. Hice un giro a la derecha en el último momento en cuanto vi la señal de tráfico de la salida número 666 y comencé a aminorar la velocidad mientras los cambiantes colorines de las ondas del agujero de gusano pasaban a ambos lados de nuestro vehículo. Un brillo cegador delante nuestro nos informó que habíamos dejado el agujero de gusano y regresábamos al espacio normal. Unos chisporreteos en el panel de control de vuelo me indicaron que se me acababan de fundir un par de diodos del condensador de fluzo y los tendría que cambiar antes de volver a poner en marcha la máquina del tiempo. En la pantalla de información de vuelo se indicaba claramente la fecha en la que estábamos: 12 de junio de 2005. Hasta que arreglara la máquina tendríamos que quedarnos en este tiempo (casi dos meses después de nuestra salida de Londres) La verdad es que Alicante estaba como siempre, no parecía que hubiera ningún strudel ni otro demonio a la vista por lo que tal vez el Culo del Infierno no estaría abierto del todo aún y tampoco parecía que los Muermo-Boys hubieran desatado el Apocalipsis Monicaco.
Salimos de la máquina de desplazamiento temporal y casi al instante un sonido aterrador nos sacó de nuestra ensoñación ya que un grupo de hombres iban corriendo a toda velocidad arrastrando a duras penas a unas jovenzuelas de muy bien ver que intentaban zafarse de sus manos, pero lo peor era lo que venía detrás de ellos: una cuadrilla de hombres vestidos con ropajes negros de clara ascendencia anacrónica, con capas rojizas coronadas y adornadas de decenas de lazos de colores, con instrumentos musicales de cuerda entre sus manos. Bridget empezó a descojonarse, indicándome que se trataba de la Tuna, una panda de vividores universitarios que le echaban morro a la cosa, se vestían con ropas del siglo XVII y se dedicaban a dar la paliza con sus horribles canciones empalagosas a las jovenzuelas universitarias más calenturientas, a las que gomiaban bebida alcohólica y algún que otro revolcón sexual rápido y venido a menos. También se encargaban de intentar sacar pasta fácil tocando en bodas y bautizos por todo el morro. Yo ya había oido hablar de estos juglares wanna-be pero si bien cantaban y tocaban bastante mal, tampoco creo que fuera tanto como para que la gente huyera a su paso. Al ver que se acercaban nos dimos cuenta de que estaban un poco cambiadillos: sus pieles estaban pálidas y agrietadas y en varias partes de sus cuerpos habían unos implantes claramente tecnificados de última generación: oculares con mira láser, placas pectorales, brazos herramientas, etc. Al pasar cerca vimos que nos ignoraban pero tenían una cantinela que no paraban de repetir al ritmo de sus guitarritas, bandurrias y panderetas llenas de cables y aparatitos: "Semos el Colectivo TunOrg, clavelitos, la resistencia es fútil. Añadiremos vuestras distinciones biológicas, clavelitos, y tecnológicas a las nuestras, váis a ser asimilados... clavelitos de mi corazón"
Viendo el tema tan chungo que se nos ponía por delante, agarré a Bridget de la mano, que ya se estaba preparando para liarse a golpes con el primer TunOrg que se acercara a menos de 10 centímetros de su oido, y salimos de allí haciendo mutis por el foro. Desde un callejón pudimos ver una enorme nave negra con clara forma de pandereta que se recortaba en el cielo entre los edificios alicantinos. Estábamos en la esquina de la calle Alfonso X el Sabio con César Elguezábal y los TunOrg enganchaban a sus víctimas y a golpe de bandurria los infectaban con su "enfermedad", ya que al poco comenzaban a cambiar ante nuestros ojos y les crecían implantes cibernéticos y ropas negras anchas y capa y lazos de colores y al final les crecía un instrumento musical en uno de los brazos. A las chicas no las asimilaban, aunque estaba claro que algo en el timbre de aquellas voces monótonas y chirriantes las ponía todas dionosíacas, como perras en celo, por lo que enseguida se iban con ellos a donde fuera. Todos los TunOrg cantaban a la vez, por lo que parecía que estaban enlazados los unos a los otros en una especie de mente y conciencia colectiva, como las abejas o las hormigas (aunque a mí me parecían más bien cucarachos) Intentamos escondernos en Cinema Paradiso, pero estaba cerrado a cal y canto aunque había un cartel anunciador del Colectivo TunOrg en el que intentaban que la gente se uniera a ellos voluntariamente (y que reproduzco al principio de esta entrada de mi diario) ¿Qué podía haber pasado en Alicante durante nuestra ausencia?
Intenté contactar con el teléfono celular portátil de Bridget con mis aliados el Nigromante, Tom-Asín o Scythe, incluso llamé a Londres para ver si podía hablar con MJ Gunsmith o con Nom'Tar, pero parecía que los TunOrg controlaban las comunicaciones porque se oía una voz de una operadora que indicaba que "Timofónica les informa que en estos momentos hay sobrecarga en nuestras lineas, clavelitos, asín que intentelo, clavelitos, dentro de unos momentos, clavelitos de mi corazón..."
Cuando vi que la calle estaba despejada me acerqué hasta el vehículo de desplazamiento temporal y saqué de mi maletero un artefacto que creía me daría alguna solución de lo que estaba pasando por aquí. Era un monitor transtemporal que me había dejado un amiguete que había conocido en el siglo XXXI, un oficial de la Flota Temporal llamado Daniels que estaba involucrado en impedir que la Guerra Fría Temporal se extendiera por la corriente temporal y contaminara la misma linea del tiempo, cosa que algunos de los contendientes de esa guerra temporal querían hacer para alterar la línea temporal en su favor. Conecté el sistema y delante nuestra se formó un enorme plano holográfico que mostraba los momentos más importantes de la historia aunque claramente había una desvicación en su curso natural: parecía que los TunOrg originalmente eran miembros del Colectivo Borg, una raza de seres cibernéticos que querían asimilar en su colectivo a todas las formas de vida que se encontraran por la galaxia y que tenían su origen en la otra punta de nuestra galaxia. Lo curioso es que estos seres aparecían en la historia escrita en el siglo XXIV, cuando por dos ocasiones intentaron atacar el corazón de la Federación de Planetas Unidos (con sede en la Tierra) y fueron derrotados por un capitán de la Flota Estelar, un tal Jean-Luc Picard. Otros oficiales de la Flota Estelar se enfrentarían contra esta amenaza, siendo otro de los importantes el capitán Riverss de la USS Frontier, que lucharían contra un cubo Borg en el límite de nuestra atmósfera y que acabarían destruyendo la nave enemiga en el último momento. Pero los Borg escaparon a través del tiempo, cayendo los restos de su nave en el pasado, en 1986, en el campus de San Vicente del Raspeig de la Universidad de Alicante. Permanecerían ocultos y desactivados hasta que una noche de fiesta un grupo de tunos de la Facultad de Derecho entrarían en la zona en la que se estaba levantando el Museo Universitario (claramente con forma de un cubo, como las naves Borg) y al entrar allí fueron capturados y asimilados por los Borg, pero al estar tan lejos de su espacio natal y con el accidente hubo algunos cambios en su programación y asimilaron las características biológicas y tecnológicas de los tunos como su patrón primario y el resto de sus caracteres Borg se unieron por encima... Tras esto, les fue fácil recrear una nave con forma de pandereta y acudir a los diversos conciertos y reuniones que los tunos de todo el país hacían todos los años. Como en una pelicula de zombies de esas que tanto le gustan a Scythe, en pocos meses todos los tunos del país estaban asimilados en el Colectivo TunOrg y comenzaron a atacar por las noches en las zonas de marcha de cada ciudad, asimilando a los hombres y pasándose por la piedra a las mujeres que se quedaban prendadas de sus voces cuales marineros griegos de los cantos de las sirenas.
Vale, para variar estábamos mal, muy mal, peor incluso que en Londres. Intenté arreglar con un par de clips y un chicle el condensador de fluzo y a la tercera pude poner en marcha la máquina de desplazamiento temporal y entramos de nuevo en los agujeros de gusano. Por desgracia nos vimos detenidos en seco por una patrulla de Guadias Civiles Temporales, los cuales nos hicieron parar el motor, sacar la documentación y soplar el control de alcoholemia porque decian que nos habíamos incorporado demasiado rápido a nuestro destino. Por suerte pudimos evitar la multa ya que entre ellos estaba a modo de Sargento Chusquero el amiguete Einstein, el guardían de las realidades espacio-temporales que se entrecruzaban en los agujeros de gusano. Me comentó que nos había estado vigilando y sabía que habíamos entrado en una realidad desapercibida: una realidad que podría haberse dado en algún tiempo determinado y que creaba una nueva realidad divergente, con elementos similares y otros totalmente diferentes. Aquella realidad estaba condenada, pero el peligro realmente estaba en las emanaciones transdimensionales del Culo del Infierno: que interactuaban a la vez entre varios universos y que tal vez si se abriera dicho permitiría que los TunOrg se pasearan como si nada por todas las realidades a la vez. Este era otro motivo por el que debiamos evitar la apertura total del Culo del Infierno y encontrar también al Monicaco Pródigo frente al Apocalipsis Monicaco.
Desde luego, hay días en los que uno no tendría que haberse ni levantado.
Clavelitos, clavelitos, clavelitos de mi corazón... ¡¡¡Tocame un cojón!!!