Crónicas de un caballero británico victoriano viajando por el Contínuo Espacio-Tiempo

Las entradas en el diario de Lord Edgar Rouen Crossbower y su peculiar punto de vista decimonónigo mientras salta de época en época buscando a sus amigüitos perdidos...

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Nacido en Londres en la primera mitad del siglo XIX, nuestro héroe formaría parte de los movimientos sociales más convulsos del Imperio Británico. Conocidas sus inclinaciones socialistas y marxistas y sus amistades con lo peor de los literatos finiseculares británicos, sería ésta la causa de que Herbert George Wells le propusiera que acabara probando su máquina de desplazamiento temporal que lo arrastró miles de años hacia el futuro, enfrentándose con los Morlocks y los políticos ultraderechones de siglos venideros. Después de destruir un universo acabaría como dueño y custodio de un nexo interdimensional viajando por el Contínuo Espacio-Tiempo conocido como la TEMPRANIS. Junto a su amada y a sus animalillos, continúa sus peripecias allí donde el destino le lleve...

3.3.07

Buscando a la Cazadora Parte 1: ante todo Serenidad

Querido diario:
El zumbido de la alarma nos sacó a todos de nuestras camitas en la más negra de las noches oscuras. Acudimos envueltos en nuestros batines con las legañas pegadas hasta el centro de control de la TEMPRANIS. Es muy chocante encontrarte con los compañeros de viaje vestiditos con pijama, zapatillas y gorritos de dormir. Al llegar pude comprobar que el Doctor Pak-Uito, el Monicaco Pródigo, ya estaba comprobando los datos en las pantallas de sus ordenadores malignos mientras que Bat-Pruna y Tom-Asín, el Monicaco Rural, se enzarzaban en una de sus habituales peleas por los restos de cena que aún campaban por la mesa del comedor. El Nigromante (envuelto en una túnica de terciopelo negro con los rulos puestos en la barba y la mascarilla de pepino hidratante) se rascaba el trasero y Juanito, el Zahorí Cabezón, le hacía mimitos a Manchas el gato. MacArralu por su parte apoyaba la cabeza en una pared y seguía dormida.
El Doctor Pak-Uito nos comentó que acababa de recibir una señal de poder y después de un arduo análisis por parte de sus siempre eficaces computadoras malignas nos comentó que había en torno a un 85% de probabilidades de que esa señal fuera de una de nuestras aliadas aún perdida, Bridget Wandepeiker, la Strudel-Slayer.
Me senté al timón de la TEMPRANIS y seguí las coordenadas que el Zahorí Cabezón me pasaba desde la consola de navegación, remitidas por los sensores que el Doctor Pak-Uito había descifrado. Todos los demás aprovecharon para ir a ponerse algo más presentables (que salir de aventura en ropa de cama está bien hasta cierto punto). Salimos de la estela cósmica que navegábamos hasta ese momento y nos metimos de nuevo en el Contínuo Espacio-Tiempo hacia el nuevo destino. Los tiempo-circuitos de navegación nos situaban en el siglo XXVI y la astrogración nos mandaba a un sistema solar en el límite de la Vía Láctea, en la otra parte del brazo espiral que alberga el Sistema de Sol (y la Tierra). Este enorme sistema solar estaba compuesto por varias decenas de cuerpos planetarios, algunos con decenas de lunas y según nuestros sensores con un alto índice de población humana. Gracias a la habilidad de piratón informático del Zahorí Cabezón, nos metimos en un complejo sistema informático de comunicaciones que recordaba vagamente a la Internet terrestre del siglo XX y XXI pero que funcionaba de punta a punta de este pequeño Universo. Comprobamos que las transmisiones de información eran muy rápidas y precisas y que se usaba también como medio de vigilancia y control por una autoridad local llamada La Alianza Anglo-Sina. El Doctor Pak-Uito descargó varios miles de Terabytes a sus ordenadores malignos para comprender bien a esta civilización. Según este sistema de comunicación, llamado Cortex, la Alianza Anglo-Sina estaba compuesta por varios mundos habitados en todo este sistema solar, sus capitales eran los planetas Londinium y Sihnon en el núcleo del sistema y sus niveles tecnológicos eran más altos cuanto más cerca del centro del sistema se encontraban. Algunos mundos alejados estaban colonizados pero su nivel tecnológico era el equivalente a los puestos fronterizos de algunos estados de la América del Norte a finales del siglo XIX. La Alianza había salido fortalecida después de aplastar una insurrección hacía escásamente 5 años cuando un grupo de estos mundos fronterizos se habían unido para luchar contra el proceso de unificación forzosa al que estaban siendo sometidos mientras se les esquilmaba sus más que escasas fuentes de producción en beneficio de corporaciones y mundos centrales más ricos. Estos insurrectos fueron conocidos como los "casacas marrones" por el color de sus abrigos de campaña. La guerra fue de desgaste y finalmente los "casacas marrones" serían derrotados en el Valle de Serenity en el planeta Hera. Aunque no hubieron muchas represalias con los vencidos, los niveles de control en esos planetas por parte de las fuerzas militares y policias de la Alianza se elevaron considerablemente.
La señal que habíamos interceptado y que nos había arrastrado hacia allí provenía de una zona bastante alejada de las rutas comerciales y militares. Usamos el sistema de camuflaje de la TEMPRANIS para hacerla pasar por una nave de carga con las especificaciones técnicas que sacamos del Cortex.
Los sensores detectaron el lugar del que provenía la señal de poder. Al llegar encontramos una nave a la deriva. No había signos de vida a bordo y una enorme brecha en su casco nos indicaba el motivo por el cual esto podría haber pasado. Parecía que la habían atacado no hacía mucho pero aún así decidimos saber qué había pasado con ella. MacArralu y el Nigromante usaron sus habilidades mágicas para permitir que el Zahorí Cabezón, el Monicaco Rural, Bat-Pruna y un servidor pudiéramos movernos y respirar en el vacío del espacio. El Doctor Pak-Uito nos entregó tricorders y comunicadores para la misión y usando los transportadores de materia nos desmaterializamos y nos rematerializamos en el interior del puente de mando de la nave. Allí encontramos restos de batalla y sangre congelada por todas partes. Accedí con un poco de dificultad a los sensores y al diario de navegación de la nave. La nave iba camino a la luna Leone, al pueblo de Cydonia, a llevar a varios pasajeros y suministros médicos. Fueron atacados por una nave desconocida que se ancló a su zona dorsal y entraron volando el casco. No está claro qué o quiénes eran pero había una anotación en la página final del diario de vuelo que los llamaba "Reavers". Bat-Pruna y el Monicaco Rural usaron sus sentidos superdesarrollados para registrar la nave en busca de supervivientes o de algún rastro de esa señal de poder que nos había traído hasta allí. El Zahorí Cabezón me entregó una cinta etiquetada como "R. TAM Sessions" que estaba entre las manos de uno de los cuerpos que habíamos encontrado salvajemente mutilado. El Monicaco Rural encontró en una de las cubiertas restos de pelea y una de las lanzaderas faltaba en su hangar. Le pasé estos datos a la TEMPRANIS y se pudo comprobar que había restos iónicos de un motor que se dirigía hacia las coordenadas de la luna Leone. Y Bat-Pruna encontró incrustada en las tripas de un tipo bastante raro algo que nos podría sacar de toda duda sobre quién había huído en esa lanzadera. Era una espada. Al cogerla con mi mano derecha se puso a brillar con un ténue color azul. Yo sabía qué era aquello. Era la Espada del Caminante Celestial y sabía quién llevaba ese arma: Bridget la Strudel-Slayer.

1 Comments:

Blogger El Nigromante said...

No uso mascarilla de pepinillo hidratante, no me rasco el culo y estas tetas son mias, porque las he pagado

7:46 p. m.  

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