Querido diario:
Si hubiera nacido el 1 de marzo de 1976 hoy cumpliría 31 años. Ya estaría bien entradito en la tercera década de existencia y debería empezar a centrarme un poco y hacer las cosas que se supone que hacen los seres humanos normalitos: sentar la cabeza, casarme, tener churumbeles, sexo sólo los sábados por la noche, pagar una hipoteca al menos y notar como la grasa se focaliza en la zona abdominal dándole volumen extra y comenzar a peinar la cada vez más escasa cabellera con el estilo cortinilla (o Anasagasti).
Por suerte, o por desgracia, NO nací el 1 de marzo de 1976 sino el 29 de febrero de 1976. Sí, en efecto, nací en un año bisiesto. ¿Qué es un año bisiesto, me preguntas tú? Pues querido bakala (llámate Yonatan o Yésica o Quevin o Yenifer, que no tenemos problemas sea el que sea tu sexo y tu edad mental) el año bisiesto es una invención del Hombre para ajustar los estragos del Tiempo y el Espacio. Se ha calculado que nuestro planeta de origen, la Tierra, tarda aproximadamente 365 días (o un año) en dar una vuelta completa a nuestra estrella, el Sol. Pero con el paso de los años se dieron cuenta los sesudos científicos (o tal vez fueron los médicos-brujos de las tribus del África Central) de que cada vez se entraba en las estaciones más y más tarde. Se rehicieron los cálculos y vieron que el año realmente dura 365 días y 6 horas. Chungo sería tener que modificar los calendarios por lo que se optó en cada cuatro giros completos al Sol unir todas esas horas y que se hiciera un día de más. Por otras circunstancias se dieron a unos meses (el mes es la división que se hace del año, esto es, hay 12 meses en un año) una cantidad de días determinada y a otros otra cantidad. Habría que retrotraerse varios cientos de años para llegar a la conclusión real de porqué febrero tenía 28 días pero la cosa es que decidieron que en el mes éste se añadiría el día extra y cada cuatro años febrero tendría 29 días.
¡Que interesante!. Pues vete a saber tú qué extrañas circunstancias se dieron en el universo, qué unión de moléculas vitales y qué orientación cósmica tuvo que haber para que a un servidor le dieran a luz un 29 de febrero de 1976. Bien es cierto que para evitar problemas administrativos mis progenitores decidieron inscribirme en el registro civil como nacido el 1 de marzo, pero en el corazón uno ha sabido que era especial y rarito hasta para nacer...
Un día de estos os contaré cómo estuve a punto de no llegar a nacer cuando un viejo enemigo robó una de las puertas temporales y consiguió estar a punto de impeidir que existieran los años bisiestos, pero afortunadamente conseguí detenerlo y borrarle del Contínuo Espacio-Tiempo con la ayuda de mi amiguete H. G. Wells y su primera máquina de desplazamiento temporal.
En fin, lo dicho, que si yo hubiera nacido el 1 de marzo de 1976 hoy cumpliría 31 años, pero realmente tengo 7 y 3/4. Eso sí, la fiesta del año que viene será por todo lo alto, porque solo se cumplen 8 años una vez en la vida (y más si mis años están agrupados cada 4 de los demás mortales...)
2 Comments:
Pues tendrás que ir empezando a prepararte la catequesis que dentro de poco tomarás la primera comunión. Lo mono que estarás vestido de marinerito... Besotes y no-felicidades.
Yo ya estoy preparando una bonita sesión de Petardeo & Freaky Pop para amenizar la velada...
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