Crónicas de un caballero británico victoriano viajando por el Contínuo Espacio-Tiempo

Las entradas en el diario de Lord Edgar Rouen Crossbower y su peculiar punto de vista decimonónigo mientras salta de época en época buscando a sus amigüitos perdidos...

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Nacido en Londres en la primera mitad del siglo XIX, nuestro héroe formaría parte de los movimientos sociales más convulsos del Imperio Británico. Conocidas sus inclinaciones socialistas y marxistas y sus amistades con lo peor de los literatos finiseculares británicos, sería ésta la causa de que Herbert George Wells le propusiera que acabara probando su máquina de desplazamiento temporal que lo arrastró miles de años hacia el futuro, enfrentándose con los Morlocks y los políticos ultraderechones de siglos venideros. Después de destruir un universo acabaría como dueño y custodio de un nexo interdimensional viajando por el Contínuo Espacio-Tiempo conocido como la TEMPRANIS. Junto a su amada y a sus animalillos, continúa sus peripecias allí donde el destino le lleve...

13.9.05

Preludio al Apocalipsis 2: Sopla el viento


El temible Demonio Rojo

Querido diario:
Después de un rescate "en el último segundo" por parte de los Muermo Boys Robin "J.B." FistFucking y Gabrie-lín Lent-illín me di cuenta de que una vez más (y ya van...) salíamos de la sartén para caer diréctamente en las brasas.
Limpiamos rápidamente los restos de strudels (con una escoba y un recogedor) y los trozos de ghoul de strudel los tiramos a la basura directamente y sobre la mesa del salón de mapas de la fortaleza del Ben-Acantil se nos informó con pelos y señales de lo mal que lo teníamos.
Gabrie-lín Lent-illín nos contó usando su voz gutural que en estos meses en los que había estado fuera buscando a la Strudel-slayer y la espada del Caminante Celeste los strudels habían conseguido contactar con el otrora enigmático Monicaco Pródigo. Este hecho me produjo un escalofrío en toda mi espalda. Estaba un poco fuera de onda, el Muermonomicom (libro demoníaco repleto de profecías oscuras de talante apocalíptico) decía en sus amarillentas páginas escritas con sangre ennegrecida que la figura del Monicaco Pródigo era una especie de "comodín" ya que podría ser usado por igual por las fuerzas de las tinieblas y por las fuerzas de la luz (el problema venía en discernir quién era quién, porque los propios Muermo-boys serían los que propiciarían el Apocalipsis Monicaco, cosa que no tenía yo muy claro si sería bueno, malo, regular o qué...) El temita estaba en que además de esto, los strudels habían conseguido atravesar las puertas de nuestra realidad a través de las paredes dimensionales debilitadas de las cercanías del Culo del Infierno y los reclutas que venían desde más allá les estaban haciendo muy pero que muy poderosos, tanto que la apertura del mismo Culo del Infierno sería ya una realidad. Si a esto le sumamos que el propio Monicaco Pródigo se había traído su ejército personal de esgrimistas frikkoides jugadores de goh, pues la cosa seguía mejorando por segundos. Y si encima el mismo Monicaco Pródigo, de nombre Pak-uit-oh, había conseguido corromper a mis antiguos aliados el Nigromante (ahora reconvertido en Iglesia), el Monicaco Rural (ahora llamado Patria) y el Zahorí Cabezón (de ahora en adelante Familia) teníamos sin duda las de perder.
¿Por qué mi poco optimismo? Porque en nuestro lado solo estábamos Scythe (un joven muchacho amigo de la retroinformática y la música de esa 'jevi', supuesto Padawan de Muermo-boy), Bridget Wandepeiker (una muchacha, actual Strudel-slayer y armada con la Espada del Caminante Celeste) y un servidor (viajero espacio-temporal sin muchas miras y más perdido que un pulpo en un garage) y con semejante panorama como que no me veía yo muy victorioso contra el mega-ejército strudel y su comandante Pak-uit-oh.
El propio Robin "J.B." FistFucking no tardó mucho en dejarnos claro que con la aparición del Monicaco Pródigo y su decantación hacia el lado de los Strudels ellos iban a dejar de ser meros observadores y comenzarían aquéllo para lo que estaban destinados, esto es, el Apocalipsis Monicaco. Pero sabían que este mundo (y esta realidad, una entre las múltiples posibilidades del Multiverso) experimentaría lo peor y tampoco iban a permitir que se pudiera extender este cáncer strudel infernal a otros reinos del océano espacio-temporal por lo que nos ayudarían en la batalla venidera mientras se preparaba en susodicho y mil veces mentado Apocalipsis Monicaco. Ambos dos, Robin "J.B." FistFucking y Mochue-lín Lent-illín, se colocaron a ambos lados de Scythe y mirándolo fijamente una luz verdosa surgió de sus ojos (libres de gafas de sol que los cubrieran) mientras decían que ya era hora de que el tercer Muermo-boy se reuniera con ellos de nuevo. Y con un cegador resplandor Scythe despareció para dejar paso al Demonio Rojo, el Muermo-boy luchador. Vestido con una camisa blanca brillante con la portada impresa del Wish you were here de Pink Floyd y su máscara de lucha libre el poder multicolor lo envolvió y con un grito surgido del fondo de su siniestra alma anunció su regreso al mundo tras miles de años ausente: "LET'S ROCK!!!"
Un temblor nos hizo tambalearnos. Nos asomamos al exterior desde una de las ventanas del castillo y vimos como las negras nubes seguían ocultando los cielos pero ahora relámpagos verdosos y azulados caían a lo lejos indicando una sola cosa: el Culo del Infierno estaba abierto de par en par y el viento helado parecía dirigirse desde todas partes hacia aquel impío lugar: la Fnac Bulevar.
Sabiendo que no teníamos nada más que hacer allí recogimos nuestras pertenencias y después de suspirar un poco, nos encaminamos hacia la batalla, la mayor que jamás este mundo conociera.
Al llegar a la plaza de Luceros desde Alfonso X El Sabio pudimos comprobar que efectivamente no estábamos preparados para aquello ni en un millar de vidas: un enorme boquete de color rojizo humeante ocupaba lo que fuera el edificio que hasta entonces albergaba la Fnac Bulevar y expulsaba de sí mismo cientos de strudels armados hasta los dientes y sedientos de frikkitones. En el cielo, alimentándose de los relámpagos, varias naves circulares que ya habíamos conocido en cierta visita a otra realidad tapaban la escasa claridad de aquellas nubes grisáceas mientras empezaban a aparecer entre partículas verdosas y zumbidos los temibles e imparables TunOrgs con su machaqueo constante "Seréis asimilados, clavelitos...". Desde la estación de Renfe se podían ver 5 enormes máquinas de aspecto tripoidal (unos viejos amigos venidos de Marte con los que tuve una pequeña reyerta en otro tiempo cuando intentaron tomar por la fuerza mi Reino Unido del alma, pero que con mi resfriado conseguí derrotar entonces, pero esto es otra historia y debe ser contada en otra ocasión...) Y ocupando el resto de la calle, el ejército de esgrimistas frikkoides jugadores de goh con su amo y señor al frente, el Monicaco Pródigo, flanqueado de mis viejos amigos (y ahora forzosos enemigos) Iglesia, Patria y Familia.
Y nosotros 5 solitos para detenerlos. Como para ser optimista. Je.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¡Me pido al Demonio Rojo de monaguillo! Serás mío, mozalbete...

1:16 a. m.  

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