Crónicas de un caballero británico victoriano viajando por el Contínuo Espacio-Tiempo

Las entradas en el diario de Lord Edgar Rouen Crossbower y su peculiar punto de vista decimonónigo mientras salta de época en época buscando a sus amigüitos perdidos...

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Nacido en Londres en la primera mitad del siglo XIX, nuestro héroe formaría parte de los movimientos sociales más convulsos del Imperio Británico. Conocidas sus inclinaciones socialistas y marxistas y sus amistades con lo peor de los literatos finiseculares británicos, sería ésta la causa de que Herbert George Wells le propusiera que acabara probando su máquina de desplazamiento temporal que lo arrastró miles de años hacia el futuro, enfrentándose con los Morlocks y los políticos ultraderechones de siglos venideros. Después de destruir un universo acabaría como dueño y custodio de un nexo interdimensional viajando por el Contínuo Espacio-Tiempo conocido como la TEMPRANIS. Junto a su amada y a sus animalillos, continúa sus peripecias allí donde el destino le lleve...

11.9.05

Preludio al Apocalipsis 1: Nubes de tormenta


Gabrie-lín Lenti-llín entra en escena

Querido diario:
Tengo que retroceder mentalmente en el tiempo (por una vez no lo haré gracias a mi máquina de desplazamiento temporal, por motivos que no tardaré en relatar) para recordar y transcribir todo lo que ocurrió desde que regresamos de las realidades desapercibidas. Estábamos en frente de la Fnac Bulevar, el lugar en el que en más de una ocasión había acabado apareciendo un servidor de ustedes después de sus viajes temporales y transdimensionales gracias a la red de espacio-pistas de agujeros de gusano. Bridget estaba tiritando mientras me arrebataba del cinto la espada del Caminante Celeste y la activaba. El zumbido del arma al iluminarse la hoja azulada nos devolvió a la realidad: algo no estaba del todo bien. Comprobé mi reloj digital de bolsillo y ponía que eran las 13 horas pero ahí afuera estaba completamente a oscuras, el cielo estaba encapotado como si fuera a caer la madre de todas las tormentas, pero lo más siniestro era que no había nadie por la calle, ni un solo coche circulando, ningún peatón, ningún perro o gato o palomo cojo...
Dimos una vuelta no muy grande alrededor de la calle, mirando por entre las rejas del edificio histórico de la Diputación de Alicante y a simple vista no detectamos ningún movimiento que delatara vida de ninguna clase por allí. Volví hacia mi máquina de desplazamiento temporal para encontrarme por sorpresa con que Bridget se estaba encarando con tres individuos que misteriosamente habían aparecido de la nada y ante los que ella estaba enarbolando su hoja reluciente mientras calculaba el golpe letal con el que los iba a despachar. A duras penas pude cogerle el antebrazo con todas mis fuerzas para evitar que les arreara un mandoblazo mortal de necesidad. Bridget se me cabreó y casi me patea en las partes pudendas pero la pude parar a tiempo mientras le trataba de explicar que estos tres eran conocidos y aliados míos: el mismísmo Nigromante, el Monicaco Rural y aquél del que hasta el momento solo conocía historias de boca del Nigromante y que atendía por el nombre de Juan de Olarcos, el zahorí cabezón. Con alegría me acerqué hasta mis compañeros de aventuras y presentándoles a la Strudel-slayer me empecé a percatar que algo no parecia ir del todo bien...
El Nigromante estaba cambiando, sus ropajes antaño oscuras, majestuosas y rebosantes de poder oscuro ahora se habían tornado blancas y radiantes y cubría su cabeza con un tapacalvas de lo más papal. El antaño bestial Monicaco Rural vestía ahora ropas cuasi-militares y llevaba una enorme banderola con aguilucho y haz de flechas con yugo incorporado a modo de capa. Y el joven zahorí cabezón vestía con traje de chaqueta gris con pegatina de "Familia es un padre y una madre" y el libro de familia enrollado en la mano derecha.
La verdad es que no lo vi venir, porque los tres antiguos compañeros me pillaron desprevenido y en un par de golpes bien dados me encontré desvanecido.
Cuando regresé a mi estado de conciencia normal, esto es, despierto y acechante, pude percatarme que nos habían tendido una trampa. ¿Qué podría haber ocurrido? ¿Habríamos vuelto a otra de las realidades desapercibidas? Me extrañó, los sistemas de guía de la máquina de desplazamiento espacio-temporal estaban bien calibrados y detectaron que aquel era el lugar adecuado en el momento adecuado. Algo habría pasado mientras estuvimos fuera de nuestra realidad. Aunque estábamos en penumbra pude atisbar mis alrededores: una habitación pequeña, mal iluminada y ensombrecida, estábamos atados con cadenas en muñecas y tobillos cogidas de la pared, a mi lado estaba durmiendo como una bendita Bridget y a su vera estaba mi querido compañero Scythe, el padawan de Muermo Boy, también roncando a pierna suelta.
Forcejeé un rato para comprobar la resistencia de las cadenas y solo conseguí que el ruido despertara a mi querido Scythe, porque para despertar a Bridget había que hacer ruido, que la tía mira que ronca a gusto... Scythe me narró cómo las cosas habian empezado a cambiar nada más yo dejar Alicante para ir a buscar a la Strudel-slayer a Londres: el Monicaco Rural había empezado a interesarse por Internet en un afán de conseguir conocer a hembras con las que un día llegar a retozar a gusto; el Nigromante empezó a frecuentar cada vez más la sección de libros de la Fnac Bulevar mientras investigaba la posible relación entre esta empresa y los strudels y su intento de abrir el Culo del Infierno de par en par y el Zahorí cabezón frecuentaba cada vez más los bares madereros del puerto (esto último poco tenia que ver con un cambio en su comportamiento, pero es que a veces Scythe no se entera de lo que pasa a su alrededor)
Hasta que un día empezaron a aparecer strudels y más strudels por las calles e hicieron una especie de ritual en la Plaza de Luceros (coincidiendo con la subida a 2ª división del Hércules C.F.) y la oscuridad comenzó a cegar los cielos. Al principio eran unas nubecitas de nada, pero al pasar los días la oscuridad ya era lo suficientemente negra como para que los rayos del sol no dañaran a los strudels. Cuando parecía que tendrían que enfrentarse con los strudels y sus malvados planes, Scythe se encontró con que los 3 aliados de poder que tenía en Alicante se volvían contra él y lideraban a los strudels y sus seguidores como los 3 Pilares: el Nigromante ahora se hacía llamar Iglesia, el Monicaco Rural era conocido como Patria y el Zahoría cabezón se decía a si mismo Familia. Le dieron pal pelo y lo encerraron allí, donde antaño tuvieron su base de operaciones: la fortaleza del Monte Ben-Acantil. Allí llevaba casi un mes dormitando y alimentándose de roidas hamburguesas de Mardonals y similares sub-productos cárnicos que lo dejaron atontado durante semanas.
Pues estábamos la mar de jodidos, con perdón de la expresión. Si nuestros aliados habían caído en el Lado Rosa del Dado, poco podríamos hacer aunque contáramos con la Strudel-slayer, porque un servidor estaba medio vapuleado y Scythe, pues qué queréis que os diga...
Oimos ruidos en la puerta que teniamos en frente, unas risitas siniestras que ahogaban el rechinar de la llave en la oxidada cerradura. Se abrió de golpe y pudimos ver cómo entraban a saco un buen grupo de strudels y de ghouls de strudel que con sus colmillos desnudos nos miraban apetitosamente.
Al ver que se acercaban a Scythe intenté removerme haciendo palanca con los codos para sacar las cadenas que me aprisionaban de la pared, pero no lo conseguí. Me puse a gritar para atraer a mi persona el mayor número de strudels ansiosos de frikkitones y ya de paso a lo mejor los berrido que estábamos soltando sacaban a Bridget de su ensoñar plácido.
Las bocas desproporcionadas, salivosas y malolientes se iban aproximando a mi garganta. Cerré los ojos porque ya veía que me sabía el final de la película. Oí el rechinar de dientes, crujido de huesos y salpicaduras de sangres a mi alrededor pero no noté dolor ninguno. Abrí lentamente los ojos y lo que vi me dejó sin habla...
Cuando la recuperé vi que la docena y tres cuartos de strudels y ghoules de strudel estaba hecha fostatina contra el suelo, destrozados hasta casi no saber dónde empezaba un cuerpo y donde comenzaba el siguiente. Mis compañeros estaban bien, vivitos y coleando, e incluso Bridget empezaba a despertarse. En la puerta entreabierta estaban 2 individuos vestidos con trajes de chaqueta negro, camisa blanca, corbata negra y gabardinas grises. Sus ojos eran ocultados por gafas de sol oscuras que a duras penas ocultaban el brillo de poder que desprendían. Uno de ellos era ya un viejo conocido, el señor Robin JB FistFucking, el otro era muy algo, de casi 2 metros de altura, con algunas canas en su oscura pelambrera capilar. Las sombras parecían recubrirle y daban vueltas como pequeños tentáculos a su alrededor, tocándole, acariciándole,... Llevaba en la mano un bolsito multicolor y nos sonreía.
Las presentaciones no se hicieron esperar: era un Muermo Boy, Gabrie-lín Lenti-llín.

4 Comments:

Blogger M.J. said...

joder, macho... hasta aqui llega el puto spam...

Saludines a todos en la ciudad del crimen.

2:32 p. m.  
Blogger El Nigromante said...

Si hija si, en mis blogs también han atacado, he tenido que limitar los comentarios para que no lo llenen de su mierda.

Por cierto Sr. Crossbower, Ud. no le vi acuidir a la misa ayer... Se está Ud. ganando una bonita penitencia.

3:06 p. m.  
Blogger El segador de Ideas said...

Vaya putada de Spam no??...
A ver si continuas ya...que me tienes en vilo...quiero saber cuando FAMILIA deja su casta actitud y empieza a de montarselos con tos!!..jeje

10:21 p. m.  
Blogger Lord Edgar R. Crossbower said...

Solucionado lo del spam. Ojalá fuera tan fácil eliminar a los engendros del Culo del Infierno y a todos los Strudels que nos llevan por la calle de la amargura...

5:36 p. m.  

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