Crónicas de un caballero británico victoriano viajando por el Contínuo Espacio-Tiempo

Las entradas en el diario de Lord Edgar Rouen Crossbower y su peculiar punto de vista decimonónigo mientras salta de época en época buscando a sus amigüitos perdidos...

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Nacido en Londres en la primera mitad del siglo XIX, nuestro héroe formaría parte de los movimientos sociales más convulsos del Imperio Británico. Conocidas sus inclinaciones socialistas y marxistas y sus amistades con lo peor de los literatos finiseculares británicos, sería ésta la causa de que Herbert George Wells le propusiera que acabara probando su máquina de desplazamiento temporal que lo arrastró miles de años hacia el futuro, enfrentándose con los Morlocks y los políticos ultraderechones de siglos venideros. Después de destruir un universo acabaría como dueño y custodio de un nexo interdimensional viajando por el Contínuo Espacio-Tiempo conocido como la TEMPRANIS. Junto a su amada y a sus animalillos, continúa sus peripecias allí donde el destino le lleve...

20.4.05

Londres día 4: Escape from England


Daguerrotipo encontrado en el Museo Británico

Querido diario:
Después de una noche terrible en la que mi estómago estuvo bailando al son de los jalapeños frescos que estaban escondidos entre la salsa picantona y sabrosona que cené horas antes y que se tradujeron en lo que he llamado "la Venganza del Khan" tras pasar por el excusado y dejar un abundante y oloroso regalito a mis compañeros de piso franco, nos dimos cuenta de que por allí solo estaba roncando como un bendito Nom'Tar con su gorrito de lana y abrazado a su muñequito-frazadita Batman de peluche. Supusimos que MJ habría tenido que ir de nuevo al trabajo en el Ojete de Londres para mantener la tapadera y que los Strudels y sus sirvientes ghouls infiltrados entre la sociedad londinense no descubrieran su implicación con el Consejo de los Vigilantes y con nosotros.
Desayunamos al ritmo de los ronquidillos de Nom'Tar, nos vestimos y decidimos seguir la pista que el día anterior nos dieron en Forbidden Planet. Antes de salir, dejamos una nota para comentar lo que pensábamos hacer esa mañana y que supiera nuestro colega dónde poder encontrarnos si los teléfonos móviles fallaban.
Cerca de la casa de Lavender Hill, había una juguetería y la pista que teníamos sobre la espada del caminante celeste nos conducía hasta allí. Entramos y comenzamos a observar las estanterías repletas de juguetes de toda clase e índole: Barbis rosadas y empalagosas, pequeños ponys amariconados, action-mans ultra-amanerados,... Finalmente llegamos hasta la sección dedicada a los muñequitos y accesorios del Episodio 3 de Estar Guars, la Vengansa de los Shit. En aquella estantería, al alcance de nuestras manos estaba una reproducción de la espada láser de Anakin Skywalker y de repente comencé a darme cuenta de que allí había algo que me empujaba a cogerla entre mis dos manos. En cuanto la agarré pude comprobar cómo ésta brillaba y zumbaba con grandes muestras de poder místico. En ese mismo instante entraron una pareja de capullos a los que rápidamente pudimos reconocer como ghoules de Strudel que se lanzaron sobre nosotros con malas intenciones. Bridget esquivó perfectamente la acometida de uno de ellos pero yo no tuve tanta suerte ya que el otro se agarró a mi cuello y puso todas sus fuerzas en machacarme un pelín la traquea a golpe de apretón vil. Me empezaba a sentir un poco constreñido y el esfinter anal ya se volvía loco ante el estrangulamiento simpático y campechano que sufría mi cuerpo humano, pero levanté de golpe la espada de juguete que tenía en una mano y con un enorme resplandor partí literalmente por la mitad desde sus cataplines hasta la frente al individuo maloso. En mi mano ahora estaba una espada de casi metro y medio de largo que brillaba con una luz azulada y me hacía más alto y más guapo y todo. Las dos mitades del ghoul de Strudel se derritieron con un gritillo ridículo y el otro ghoul se paró en seco mirando a todas partes sin saber bien qué hacer. Le lancé la espada a Bridget, la cual la agarró al vuelo y con una estocada del mandoble certero desintegró a nuestro enemigo al atravesarle el corazón de lado a lado. Después de esto la espada volvió a tener la apariencia que tenía cuando la cogí entre mis deditos. Nos acercamos hasta el mostrador y le pagamos el inofensivo juguete a la regordeta señora que atendía en la caja, la cual nos devolvió el cambio y nos deseó un feliz día.
Para tener completa seguridad de que aquélla era realmente la espada del caminante celeste nos acercamos de nuevo en metro hasta Forbidden Planet y allí de nuevo nos entrevistamos con el enanito que nos dio el consejo de dónde encontrarla. El hombre, Sir Roger Hammer-to-Fall, dijo ser uno de los vigilantes, superior en rango a MJ, e infiltrado en aquel lugar para mantener a raya a los posibles strudels que intentaran campar por entre tanto aficionado a los comics y al rol (con los frikkitones a flor de piel, el aperitivo favorito de estos seres demoníacos) Nos corroboró que aquélla era el arma que buscábamos y que sería fundamental en la lucha contra los Strudels y sus secuaces a la hora de poder volver a cerrar el Culo del Infierno en Alicante.
Decidimos regresar sobre nuestros pasos para contarle a Nom'Tar lo que habíamos encontrado y en el piso franco ante las buenas noticias que le dimos nos comentó que había una alta probabilidad de que pudiéramos salir de Londres esa misma tarde. Se dedicó a hacer unas llamadas de teléfono y resultaron ser fructíferas: había una salida através del tiempopuerto de Gatwick a las 18 horas. Nos fuimos a pegar un bocado en una hamburguesería selecta y la mar de pija en donde llenamos nuestros estómagos a rebosar. De vuelta al piso franco hicimos las maletas y Nom'Tar nos acompañó a la estación de tren de Clapham Junction para que tomaramos uno hacia Gatwick. Aunque llegamos a las 16 horas no conseguimos subir a un tren hacia aquella zona hasta las 16:35 horas ¿Los Strudels se habrían enterado de nuestra partida e intento de fuga hacia el hogar? Nos despedimos de Nom'Tar, agradeciéndole todo lo que habían hecho tanto él como MJ Gunsmith por nosotros.
El tren iba a rebosar, pasó un par de paradas y en la tercera se paró. Allí estuvimos casi diez minutos mientras mirábamos nerviosos nuestros relojes (Nom'Tar nos comentó que sus contactos en el tiempopuerto podrían mantener abierta la salida hasta las 17:30 horas y ya eran las 16:55 horas...) De repente algunos pasajeros comenzaron a abandonar el tren y se subían en otras máquinas. Al ver que nos quedábamos solos salimos y preguntamos a un operario de la linea férrea el cual tras preguntarnos ande íbamos nos dijo que debíamos cambiar de tren y coger el del andén 6. Hasta allí fuimos corriendo y por el camino nos encontramos con un par de ghoules de Strudel que Bridget despachó rápidamente con la espada del caminante celeste. En el andén 6 subimos a un tren como buenamente pudimos por la cantidad de gente que había. De nuevo nos informaron que teníamos que cambiar de tren e ir al andén 2. Corriendo y con los trastos a cuestas y la lengua fuera conseguimos llegar al tren, subir en él y finalmente se puso en marcha: eran ya las 17:10 horas.
Los minutos se sucedían ante nuestros ojos junto al paisaje cambiante de la campiña británica. En tren se detuvo en el tiempopuerto de Gatwick y volvimos a correr buscando la cabina de embarque que Nom'Tar nos había dicho. Eran ya las 17:25 horas y no encontrábamos el sitio. Nerviosos y con mala leche parecía que nunca íbamos a poder regresar a Alicante, con lo que se nos ponía de chungo por delante todo. Bridget usó sus habilidades de Strudel-slayer, es decir, se lió a palos con todos los que tenía por delante hasta que le indicaron cómo llegar al mostrador que buscábamos. La señorita nos pidió los pasaportes y después de hacer las consabidas comprobaciones nos dejó pasar hacia la zona de embarque. En la zona de embarque nos hicieron pasar por deterctores de metales y uno de los guardias me retuvo porque había detectado algo extraño en el juguete que llevaba entre mis manos (la espada láser de Anakin Skywalker, de juguete, ¡te cagas!) Un jefón tuvo que venir y leerse las instrucciones de la misma para darse cuenta de que realmente no era mas que un juguete y no tenía intención de usarla para destruir a nadie de por allí. Al final nos dejaron pasar y corriendo por las rampas de embarque llegamos hasta mi queridísima y añorada máquina de desplazamiento temporal.
Colocamos todas las maletas en el maletero, nos metimos dentro de la cabina e hice las pertinente comprobaciones de los sistemas de vuelo y de viaje temporal. Todo parecía estar en perfecto estado, así que me coloqué el cinturón de seguridad, metí la llave en el contacto y arranqué a la primera. Busqué la salida del tiempopuerto mientras preparaba la entrada al agujero de gusano que ya se abría ante nosotros. La boca del agujero se nos tragó de golpe y de nuevo volvíamos hacia Alicante o al menos esa era nuestra intención. ¿Sería demasiado tarde para salvar el mundo de los Strudels y de la apertura del Culo del Infierno? ¿Los Muermo-boys habrían desatado también el Apocalipsis Monicaco al no haber encontrado al Monicaco Pródigo? Muchas preguntas y las respuestas...

1 Comments:

Blogger M.J. said...

Mu gonita la foto, Lord Crossbower. Me ha emocionado mucho.

Y una lágrima cayó en la arena... y en mi teclado...

12:06 a. m.  

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