Scythe, el hombre ha vuelto...
Querido diario:
Fue toda una sorpresa comprobar que Alicante seguía allí tal y como la había abandonado varios meses atrás. Mi periplo por Louisianna (USA) solo me había traido problemas: el descubrimiento del
Muermonomicom, las revelaciones tan chungas del tal Robin "J.B." FistFucking, mi corta entrevista con
Einstein el guardián de los agujeros de gusano,... Tenía que buscar al "
Monicaco Pródigo" pero no tenía nada claro para qué: ¿impediría esto el Apocalipsis Monicaco? ¿lo precipitaría? ¿ganaría el
Barça la Liga?
Me indicaron que debía buscar a una serie de individuos especiales que me ayudarían en mi misión y el primero de ellos que debía de buscar era un tal
Scythe. Vale, tenía una foto del tipo y la verdad es que no me daba muchas esperanzas, no.
El sobre que misteriosamente apareció en el salpicadero de mi vehículo de desplazamiento temporal contenía además de la foto de marras y la nota que leí anteriormente sobre lo que debía hacer un dossier con información acerca de este "caballero". Parece ser que es muy aficionado a la música, aunque los grupos y solistas de su predilección son un pelín desconocidos para mí (no me he podido poner mucho al día en cuanto a avances musicales, aunque eso del Regguetón me pone los pelos de punta y ya no te digo nada del tal Bisbal, que es oirlo y me da la taquicardia). También es un gran entendido en tecnología de entretenimiento de finales del siglo XX y principios del XXI (video-consolas de 8 bits, creo que algunas se llamaban) y le apasiona el cine de autor (un tal David Cronemberg y otro llamado John Carpenter), así que el lugar donde sería más fácil que lo localizara es Cinema Paradiso, una tienda especializada en artículos promocionales de cine (postales, camisetas, carteles, bandas sonoras, memorabilia, etc.) en la calle César Elguezabal nº49 de Alicante, regentada por un inmigrante francófono llamado Christian Claveau A.K.A. "El Gabachuá" con el que trapicheaba de vez en cuando.
Estuve vigilando las inmediaciones de esta tienda durante un par de tardes, comprobando quién entraba y quién salía, usando mis fotografías de Scythe para ver si lo reconocía. Finalmente, la tercera tarde apareció un hombre que tenía un ligero aire fisionomicamente hablando con el que yo buscaba. Estuvo un buen rato dentro y cuando salió le abordé. Le dije que necesitaba hablar urgentemente con él, pero me miró como si fuera un bicho raro y excusándose me señaló hacia el cielo mientras me decía: "¡Mire, un burro volando!" Como me habían pasado tantas cosas estos últimos días me giré para ver el prodigio, pero había sido un ardiz para escaparse corriendo.
Intenté seguirlo atravesando Alfonso X el Sabio pero el tráfico intenso me lo impedía, se me iba a escapar de las manos, así que dejé que fuera la tecnología la que hiciera caer la balanza a mi favor. Me dirigí a mi máquina temporal, activé los sistemas de control temporal precisos y cambié la palanca de control a manual. El zumbido del motor comenzó a colarse dentro de mi cabina mientras veía cómo el mismo continuo espacio-tiempo se contraía sobre sí mismo...
"¡Mire un burro volando!"
Pero en ese instante mientras Scythe intentaba huir se encontró con un puño en sus costillas, un rodillazo en sus genitales y un certero golpe de kárate en la nuca que lo dejaría inconsciente el tiempo necesario para que pudiera meterlo a empujones en mi vehiculo de desplazamiento temporal. Mi otro yo, es decir, mi yo de hacía 1o segundos atrás, seguía mirando hacia arriba mientras buscaba el jamelgo volador. Para asegurarme de que el tiempo seguía adelante y no creara una paradoja temporal de esas chungas que hacen que el Universo implosione me volví a meter en mi máquina temporal y volví de nuevo a cambiar el control a manual y otra vez el tiempo volvía a fluir de manera antinatural...
Una vez comprobado que mi yo de hacía 10 segundos seguía mirando hacia arriba y mi otro yo de fuera del tiempo se llevaba a Scythe después de golpearle, utilicé sus ropas y una peluca rubia para salir corriendo por en medio de Alfonso X el Sabio justo en el momento en el que mi yo de hacía 10 segundos atrás miraba y se daba cuenta de que Scythe se le escapaba, momento que había propiciado que se subiera en la máquina del tiempo para volver atrás y detener a Scythe cuando se me escapó, digo se le escapó, bueno, eso mismo...
Regresé a mi máquina de desplazamiento temporal aparcada enfrente del antiguo cine Monumental a punto para que un "vigilante de la hora" no me multara por haberlo dejado allí sin poner el puñetero ticket. Me monté, me quité la peluca rubia y comprobé que mi huesped seguía inconsciente golpeandole un par de veces en la cabeza con el extintor que siempre llevo debajo del asiento del copiloto.
Scythe tardaría casi tres horas en despertarse, tiempo que aproveché muy bien para preparar mi base de operaciones, oculta en el interior del monte Benacantil, que acoge la fortaleza o Castillo de Santa Bárbara. Scythe volvió a la vida y aunque al principio no sabía muy bien de qué le estaba hablando exactamente con el tema del "Monicaco pródigo" y el "Apocalipsis Monicaco" me comentó que había tenido unos sueños extraños y recurrentes (dejando de lado los que tenía habitualmente sobre señoritas de enormes senos escasas de ropa en actitud ludico-festiva con hombres de enormes miembros erectos...) La verdad es que el análisis de la muestra de sangre que le había hecho revelaba una enorme concentración de Frikkitones (partículas subatómicas descubiertas por el doctor Cuky de la Universidad de Pasadena en 1998, que se adherían a las neuronas provocando extraños casos de conocimiento y filias poco saludables para la salud física y mental y la económica) por micrón y eso era para sospechar que este joven era especial. No era un monicaco, al menos no uno puro, tal vez tuviera algún antepasado monicaco... ni había desarrollado la Velocidad del Pasmo (el principal poder de los monicacos) pero había algo, seguro.
Cuando ya estaba dispuesto a dejarlo correr ya que no parecía conocer nada de mi misión, tuvimos una visita: de nuevo se presentaba saliendo de entre las sombras de una esquina de la habitación, ÉL, Robin "J.B." FistFucking. Caminaba lentamente mientras fumaba un enorme (y apestoso) habano, sus largos dedos recorrieron las paredes de la habitación y sus ojos verdosos chisporroteaban por dejabo de sus gafas de sol. Ante esta presencia Scythe se echó al suelo atemorizado, como si hubiera visto al mismo demonio en persona. Robin habló con su voz grave (ríete tú de James Earl Jones o de Constantino Romero) y nos dijo que Scythe era una de las personas que me ayudarían en mi búsqueda para encontrar al "Monicaco Pródigo", el destino del muchacho estaba en mis manos ya que era un Padawan Muermo-Moy y cuando su entrenamiento terminara ocuparía su lugar junto a Robin y a sus demás oscuros hermanos...
Sorprendido ante la noticia Scythe juró allí mismo que no descansaría hasta encontrar a aquel legendario individuo, el Monicaco Pródigo, y que podía contar con él y con sus habilidades para llevar a buen término la misión.
Cuando intenté preguntarle a Robin sobre si teniamos que buscar a más de estos seres peculiares, ya no estaba. En el suelo, allí donde estaba él segundo antes había otro sobre con un nombre escrito en él: Tom-Asín.
2 Comments:
pero esto que es???????
yo que pensaba que este era un blog serio y con buen gusto, y ya empiezan a salir los julandrones.
se empieza así y se acaba perdiéndole el respeto a las creencias y tradiciones. El caos, el apocaliiiiiipsis!!!!
Si no fuera por la camiseta, pensaría que es el ¡¡NEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEN!!
(esas gafas de sol...)
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