Crónicas de un caballero británico victoriano viajando por el Contínuo Espacio-Tiempo

Las entradas en el diario de Lord Edgar Rouen Crossbower y su peculiar punto de vista decimonónigo mientras salta de época en época buscando a sus amigüitos perdidos...

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Nacido en Londres en la primera mitad del siglo XIX, nuestro héroe formaría parte de los movimientos sociales más convulsos del Imperio Británico. Conocidas sus inclinaciones socialistas y marxistas y sus amistades con lo peor de los literatos finiseculares británicos, sería ésta la causa de que Herbert George Wells le propusiera que acabara probando su máquina de desplazamiento temporal que lo arrastró miles de años hacia el futuro, enfrentándose con los Morlocks y los políticos ultraderechones de siglos venideros. Después de destruir un universo acabaría como dueño y custodio de un nexo interdimensional viajando por el Contínuo Espacio-Tiempo conocido como la TEMPRANIS. Junto a su amada y a sus animalillos, continúa sus peripecias allí donde el destino le lleve...

6.3.05

Como un murciélago salido del Infierno...

Querido diario:
No creía que volvería a retomar este conjuntillo de pensamientos y desvaríos después de tanto tiempo alejado del mundo civilizado, pero finalmente he conseguido regresar aunque no sé si mi vuelta puede ser el inicio del fin...
Supongo que muchos de los lectores de este diario estarían preocupados ante mi reciente desaparición durante los carnavales pasados. Como bien intenté hacer llegar a mis conocidos y allegados estaba atrapado en la populosa y festiva Nueva Orleans, rodeado de cientos de miles de alcoholizados que estaban festejando el Mardi Gras. La verdad es que mis niveles de alcohol en sangre eran demasiado altos como para poder escribir nada inteligible así que durante esa semana decidí pasarme el tiempo durmiendo la mona (sleeping the she-monkey, como decimos nosotros los británicos). La verdad es que la resaca fue de órdago y envido a la grande, pero mientras investigaba esa maravillosa ciudad me fui dando cuenta de que algo extraño estaba por aquella ciudad siguiéndome. Intenté darle esquinazo pero cuando parecía que lo había conseguido volvía a aparecer. Mis correrías me llevaron al cementerio de Saint Louis Nº1 y, como tocado por el destino, delante de la deteriorada y alabado tumba de Marie Laveau (la reina vudú más famosa del mundo) fui rodeado por mis perseguidores...
Maldecí con creces los agujeros de gusano que me habían arrastrado fuera de mi camino temporal cuando intentaba regresar a mi siglo XIX por segunda vez (aunque creo que no tanto como los debe de odiar el astronauta de la IASA John Crichton, que los ha sufrido en sus carnes más que yo) pero aquéllos ante los que estaba seguro que tenían planes para mí y mi maltrecho cuerpecillo londinense. Cuando ya creía que era el final, su líder, un tipo extraño vestido con ropajes negros y una capucha que le cubría completamente el rostro, se acercó ante mí y sacó rápidamente un libro ajado y roído de una de sus mangas anchas. Me lo entregó mientras susurró: "Monicacossss"
Sentí su fétido aliento en mi cara y cerré los ojos esperando mi final ante aquellos agresores, pero cuando los volví a abrir pude comprobar que allí no había nadie y que tenía entre mis dedos aquel volumen pesado y grueso de color gris. Pensando que aquello había sido un golpe de suerte y que en cualquier momento volverían a acabar su trabajo, salí por piernas de allí (I exit for legs, en mi idioma natal) y no paré hasta llegar a mi habitación del hotel en el que había estado pasando la resaca los días anteriores.
Esa noche se desató una tormenta de las de padre y muy señor mío. Y a la luz de las velas comencé a leer aquel enigmático libro: Muermonomicon...

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Bravo, viva y hurra. Lastima q mi C.I. no sea muy alto y me halla perdido ligeramente en esta nueva entrega... pero prometo repasarlo todo y ponerme al dia.
Como sigas asi te acabaran invitando en GH VIP o en la selva de los ¿famosos?... ves con cuidado q yastas advertido.
ale, a cascarla.

11:52 a. m.  
Blogger Lord Edgar R. Crossbower said...

Mi querido Xavivi, no hace falta tener un C.I. alto sino ser muy frikky (como es un servidor y muchas personas que nos rodean)
Pero asín me gusta, que sigas ahí al pie del cañón.
Idem de idem.

5:54 p. m.  
Blogger Lord Edgar R. Crossbower said...

Mi querido Xavivi, no hace falta tener un C.I. alto sino ser muy frikky (como es un servidor y muchas personas que nos rodean)
Pero asín me gusta, que sigas ahí al pie del cañón.
Idem de idem.

5:55 p. m.  
Blogger Lord Edgar R. Crossbower said...

Mi querido Xavivi, no hace falta tener un C.I. alto sino ser muy frikky (como es un servidor y muchas personas que nos rodean)
Pero asín me gusta, que sigas ahí al pie del cañón.
Idem de idem.

5:55 p. m.  

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