Crónicas de un caballero británico victoriano viajando por el Contínuo Espacio-Tiempo

Las entradas en el diario de Lord Edgar Rouen Crossbower y su peculiar punto de vista decimonónigo mientras salta de época en época buscando a sus amigüitos perdidos...

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Nacido en Londres en la primera mitad del siglo XIX, nuestro héroe formaría parte de los movimientos sociales más convulsos del Imperio Británico. Conocidas sus inclinaciones socialistas y marxistas y sus amistades con lo peor de los literatos finiseculares británicos, sería ésta la causa de que Herbert George Wells le propusiera que acabara probando su máquina de desplazamiento temporal que lo arrastró miles de años hacia el futuro, enfrentándose con los Morlocks y los políticos ultraderechones de siglos venideros. Después de destruir un universo acabaría como dueño y custodio de un nexo interdimensional viajando por el Contínuo Espacio-Tiempo conocido como la TEMPRANIS. Junto a su amada y a sus animalillos, continúa sus peripecias allí donde el destino le lleve...

22.3.07

Hueco 6: La invasión de los Mositos Peluchines

Este fragmento transcurre originalmente en la fecha 24/03/06
Querido diario:
Nos materializamos de nuevo en Londres pero esta vez habíamos cambiado de época respecto a nuestra anterior estancia. Ahora nos encontrábamos en marzo de 2006 y habíamos aterrizado en los alrededores de la Torre de Londres ya que hasta aquí parecía que los captores de Pak-Uitoh, el Monicaco Pródigo, nos habían conducido en su huída. Las cámaras de vigilancia de la TEMPRANIS no nos mostraban nada extraño aunque no detectábamos la presencia de ninguna persona en los aledaños de la antigua fortaleza. Clark(ito) estaba preparado para salir, aunque le previne que lo mejor sería ir de incógnito hasta que encontráramos a los Mortífagos. MacArralu usó su varita mágica para proveernos de ropas y sombreros con los que ocultar un poco nuestra identidad. Mientras hacía esto intenté contactar con una de mis aliadas en aquella época, MJ Gunsmith. Como supongo que recordaréis, MJ Gunsmith era mi contacto con el Consejo de los Vigilantes y su ayuda fue fundamental para conseguir escapar de los Strudels y sus sirvientes y salir de allí con la Strudel-Slayer y la Espada del Caminante Celeste. Tan solo la había vuelto a ver una vez más y fue durante el salto temporal fallido en el que aparecimos en una realidad desapercibida y me enfrenté a los esgrimistas jugadores de goh y a su líder, Pak al-Ghoul (de nuevo otra versión maligna del Monicaco Pródigo, ¿estaría predestinado a ser maligno en cualquier punto del multiverso? ¿para qué lo necesitaban realmente los Muermo-Boys? ¿qué papel habría tenido realmente en el Apocalipsis Monicaco si no hubiera destruído yo aquel universo?), con su ayuda, aunque allí era la comisario-jefe de la ciudad... Para mi desgracia su número de teléfono salía como no operativo y tampoco pude lograr comunicarme con Nom'Tar, mi otro aliado, por las mismas razones técnicas. Tras esto nos pusimos en marcha.
Nos encontrábamos justo en frente de la entrada principal de la Torre de Londres y no se veía a nadie por allí, ni en las calles cercanas ni haciendo cola para entrar en el monumento. Ni siguiera había un guardia en la puerta ni en las taquillas cercanas. Conecté el tricorder y lévemente conseguí registrar la señal del TPS de Pak-Uitoh, estaba dentro de la Torre, en el interior de la Torre Blanca, el edificio central de la fortaleza. Atravesamos con mucho cuidado las enormes fauces que hacían las veces de portones y comenzamos a andar. Algo no funcionaba bien, Clark(ito) nos avisó de que su visión de rayos X no conseguía atravesar ningún edificio (por lo que se habían cuidado de forrar los muros con plomo) y mi tricorder también tenía problemas para detectar correctamente la señal de seres vivos entre tanta estática. Avanzamos hacia la Torre Blanca dando la vuelta a los pabellones y los puntos donde deberían estar los guardias y seguíamos sin ver a nadie. Casi llegando a la entrada de la Torre Blanca vimos algo curioso: había un enorme oso de peluche vestido de Beefeater apoyado en un muro. MacArralu corrió a verlo y se colocó al lado diciendonos que le sacáramos una foto, que era muy mono. Cuando íbamos a hacerlo el oso cobró vida de repente y empezó a perseguirnos. De todas partes empezaban a salir más y más de estos plantígrados rellenos de algodón. Sus intenciones no podían ser nada buenas. Conseguimos llegar hasta una zona en la que había un viejo cañón usado durante las guerras napoleónicas y viendo que se nos acercaban inexorablemante, decidimos usarlo contra ellos. MacArralu usó su magia para ponerlo en uso de nuevo, Clark(ito) lo movió siguiendo mis instrucciones para que el disparo fuera lo más acertado posible y usando su visión calorífica disparó contra aquellos muñecajos. El impacto reventó a una docena de ellos, los trozos de tela y algodón nos salpicaron pero también habían restos de huesos y sangre mezclados con aquellos fragmentos. Desde lo alto de la escalera de acceso a la Torre Blanca vimos cómo un grupo de Mortífagos nos estaban observando y se carcajeaban al comprobar que sus sirvientes de peluche nos habían rodeado. Por más golpes que Clark(ito) daba para quitárselos de encima no había manera y su superioridad numérica hizo mella en nuestra defensa. Los Mortífagos usaron un hechizo de repulsión para arrancarle la varita de la mano a MacArralu y su guardia personal, los Mositos Peluchines, nos cargaron de cadenas de peluche (que no pesaban, pero que no había manera de abrir ni por la fuerza ni usando calor ni nada de nada de lo que teníamos a mano)
Nos llevaron hasta una de las garitas en las que se solía ver a los guardias sin moverse, pero ahora la estaban usando para otros menesteres: vimos como un pobre hombre era arrojado a su interior, había un brillo y al instante salía convertido en otro de aquellos Mositos Peluchines. El que suponíamos que era el jefe de los Mortífagos (porque era el que más gritaba) ordenó a sus secuaces con pelo que nos convirtieran a nosotros también en tropas de asalto blanditas y mullidas. Mientras nos acercaban inexorablemente a las garitas vimos que un grupo de Mositos Peluchines se llevaba a rastras a un amordazado y atado Pak-Uitoh hacia la salida del otro lado de la Torre de Londres, escoltados por una pareja de Mortífagos que estaban canturreando unos salmos y ungían la frenta del Monicaco Pródigo con óleos y demás potingues. Clark(ito) me susurró que había oído que el líder de los tíos del capirote decía a los suyos que llevaran a Pak-Uitoh al Puente de la Torre para la ceremonia de reencarnación...
¿Saldríamos de ésta? ¿Qué comen los Mositos Peluchines? ¿Truchas de peluche? ¿Miel de plástico? No tardaríamos en averiguarlo...

1 Comments:

Blogger El Nigromante said...

Comen pollas de látex

3:14 p. m.  

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