M.J. Gunsmith, rápida y mortal
Querido diario:
Nunca podría haber imaginado que, después de tantas extraordinarias aventuras en las que me he involucrado, mi tan ansiado regreso a la capital del Imperio Británico sería la mayor de todas las que he vivido hasta la fecha.
Porque regresar a Londres era mi destino final de aquel viaje a través de los eones desde el más lejano de los posibles futuros que se entremezclan en el tejido del continuo-espaciotiempo. Pero lo ideal habría sido volver a mi época, a finales del siglo XIX, y no a principios del siglo XXI como me tocaba ahora para llevar a cabo esta misión que el Nigromante y los Muermo-Boys me habían encargado para salvar Alicante y toda nuestra dimensión: encontrar y reclutar a la nueva Strudel-Slayer y traerla conmigo pasase lo que pasase.
Solo tenía leves conocimientos de en lo que las décadas habían hecho a mi antaño bella ciudad de origen pero aún así yo era el más preparado para enfrentarme a los terrores que saldrían al paso para impedirnos conseguir nuestro objetivo. Mientras todos estos pensamientos fluían de mis neuronas como la sidra en el lagar, recibí una serie de mensajes a través de mi comunicador bidireccional temporal en los que se me indicaba que podía aterrizar en el tiempo-puerto de Gatwick. Siguiendo las indicaciones pertinentes que los controladores de vuelo temporal me dieron dejé aparcada mi máquina de desplazamiento temporal después de que un Delorian me dejara su sitio en la pista de aterrizaje temporal. Una vez presentados los documentos de rigor y analizados con los más modernos sistemas de seguridad cada recódito poro de mi piel y mis orificios corporales con manos expertas, salí de la terminal de llegadas con la sana intención de coger el tren que me llevaría hasta el corazón de la City. Después de comprar un billete de tren por 8 libras esterlinas (que me dolieron en el bolsillo, ya que los fondos del viajero temporal no son ilimitados) bajé hasta el andén que me llevaría hasta la estación de Victoria.
Durante el trayecto de media hora pude repasar los informes que tenía sobre mi contacto con los Vigilantes del Consejo: debía llegar hasta el Ojete de Londres y allí entrevistarme con una tal MJ Gunsmith, una Vigilante en prácticas que estaba infiltrada en las oficinas de turismo que British Airways tenía en aquel recinto (uno de los puntos taumatúrgicos más fuertes de la ciudad y que era uno de los vértices del dodecaedro oscuro del que la mayoría de las edificaciones de poder que campan por la superficie de Londres forman parte) Se suponía que entre MJ Gunsmith y su compañero, Nom'Tar (el avatar del Dios Falo de las leyendas célticas) me guiarían hasta la próxima Strudel-Slayer, pero las indicaciones que tenía no me convencían mucho, la verdad...
Se notaba que era domingo y la gente campaba por alrededor mio (aunque me habían comentado que había una maratón aquel día y tal vez los accesos cercanos al Ojo de Londres podrían verse comprometidos), al llegar a Victoria Station compré una travel card para desplazarme en metro hasta la estación de Waterloo desde donde tendría que andar una miaja para llegar a mi destino. El trayecto fue rápido y con mi maleta me iba abriendo paso entre la gente, pero educadamente (bastaba con pedir disculpas mientras iba reventando con el maletón rodillas y peronés a unos y otros, ¡ah, cuánto añoraba aquello!).
Finalmente dejé la estación de marras y a través de un puente me dirigí hacia el cauce del Tamesis, en cuya orilla estaba el Ojete de Londres. Eran cerca de las 15 horas cuando me di cuenta de que el tal ojete no era sino una gigantesca noria con cabinas de cristal que estaba aparcada al lado del río (pero mis entrenado sentidos me indicaban que allí había una presencia muy chunga, y no se trataba del McDonald's cercano)
Muy educadamente entré dentro del recinto donde se vendían las entradas para subir a aquella mosntruosidad de acero y plástico transparenete y me puse a buscar a alguien que se pareciera a la foto que tenía. Nada, por alli no había nadie así. Le di la vuelta a la foto y vi un número de teléfono apuntado detrás y como no tenía nada que perder, pues llamé. Me contestó una voz de mujer, sensual, ante la cual me presenté y me citó en la puerta trasera del edificio ya que acababa de salir a comer. Hasta allá me dirigí y me la encontré saliendo de una pequeña cafetería regentada por una par de chinitas que hacían bocadillos redondos y pringosillos. Después de las debidas presentaciones y los intercambios de credenciales, MJ Gunsmith se presentó además de como una de las mejores agentes de campo del Consejo de los Vigilantes, como una experta en información y espionaje ocultista. Me dejó un juego de llaves para que pudiera dejar mis pertenencias en uno de los pisos francos de la organización en Clapham Junction para indicarme seguidamente que tenían localizada a la nueva Strudel-Slayer en Candem Town, en el mercado, seguramente haciendo compras en los lugares de peor catadura de la ciudad. Me entregó un sobre con el dossier de la muchacha: Bridget Wandepeiker, antigua cantante del grupo CSTA-Teens (compositores de grandes y conocidos temas como "Duel of the Fats" o "Burning Down the Truch"), desaparecida en misteriosas circunstancias cuando dijo que iba a por tabaco y todavía la estaban esperando 2 años después... Parece ser que estuvo involucrada en el pasado con Robin "J.B." FistFucking, el Muermo-Boy, por lo que seguro que sus niveles de frickitones serían muy elevados.
Quedé en volver a ver a MJ Gunsmith una vez hubiera hecho el debido contacto con la Strudel-Slayer y me dirigí hacia el piso franco. Para ello tuve que regresar a Waterloo y desde allí tomé otro tren hacia la estación Clapham Junction. Desde la estación de marras me tocó andar un buen ratito hasta llegar a Lavender Hill y al piso franco, sito entre una peluquería y una tienda de cómics. Dejé los bártulos y me preparé el equipo necesario para poder encontrar a la muchacha.
Me dirigí hacia Candem Town en Metro desde Waterloo y al llegar pude comprobar que aquella zona de Londres era una especia de Sodoma y Gomorra pero en plan mercadillo. Los puestos repletos de camisetas y "setas mágicas", los rinconcillos repletos de encanto, los olores a comidas internacionales y los sabores picantes (¡sí, me puse como el quico comiendo samosas y curry japonés de verduras!) Finalmente la ví, estaba visitando una tienda de ropa jipiosa y sin más dilación me acerqué para abordarla.
Pero había por allí más malas personas que querían quitarla de enmedio. A duras penas conseguí empujarla fuera del alcance de una taza arrojadiza con la jeta de Camilla Parker-Bowels impresa en ella (un arma mortal a esa distancia). Me agradeció la ayuda pero dando una triple voltereta hacia atrás con doble giro de muñecas y patada en la entrepierna final se quitó de encima al agresor que cayó al canal mientras gritaba: "mariconasossss, mi rolexxxx..."
Le indiqué que sería mejor hacer mutis por el foro antes de que más enemigos nos siguieran. Bridget estuvo de acuerdo y después de las presentaciones y mientras íbamos en metro a recoger a MJ Gunsmith, le conté todo lo que me había traído de nuevo a Londres y la importancia que tenía el hecho de que me acompañara pero ya mismo a Alicante para poder luchar contra los Strudels y cerrar el Culo del Infierno.
Bridget al principio no tenía nada claro el tema, pero mientras pasaban los minutos se fue convenciendo de que lo que le decía era verdad. Bueno, eso y el enorme demonio-cucaracha que se empezó a comer los vagones del metro mientras un Strudel lo manejaba con sus malas artes. Por suerte siempre llevo en mi kit de viajero temporal un bote de Cucal de kilo y pudimos eliminar la alimaña mientras Bridget reventaba a rodillazos los genitales del Strudel, que quedó hecho fostatina el pobre.
En el Ojete de Londres recogimos a MJ Gunsmith la cual nos dijo que debíamos acompañarla hasta el piso franco de Lavender Hill. Allí nos refrescamos y MJ nos llevó a cenar a un cercano restaurante portugués llamado Nando's en donde pudimos disfrutar de una estupenda cena con pollos variados y salsas picantones que fueron la alegría de mis incipientes almorranas. MJ nos comentó que en un par de días llegaría Nom'Tar y él sería el que nos facilitaría la salida de Londres gracias a sus contactos entre las fuerzas de vigilancia temporal, porque ahora que habíamos reclutado a la Strudel-Slayer, los Slayers y demás fuerzas de las tinieblas (secuaces de Margareth Thatcher incluidos) no cejarían en su intento de cruspirnos a base de bien. Además, como Bridget nos indicó, de allí no iba sin conocer (en sentido bíblico) a James Dean Bradfield, el cantante de un grupo de melenudos galeses llamados Manic Street Preachers que tocarían el día siguiente en la ciudad. MJ nos dijo que tenía entradas y que mientras llegaba Nom'Tar podría servirnos de Cicerone por la ciudad, cosa que aceptamos con alegría. Al día siguiente tendríamos mucho trabajo, si es que sobrevivíamos a aquella noche...
4 Comments:
Pero...¡tío! ¿Cómo me haces esto? ¿Otra vez me dejas con "Querido Diario" y ya está?
Ey, que es un "teaser" para que se os vaya abriendo el apetito...
bueeeeno, que pasa? que nos tienes aquí en viloooooo.
encontrarán a la strudel-slayer?
le taponaran el ojete alicantino u lo que sea?
para que será ese faster-blaster que tiene la mj?
todo son dudas, POR DIOOOOOOOS!!!!
Ole, ole y oleeeeeeeeee!!
En serio, a partir de ahora voy a ver mi trabajo con otros ojos...
Un beso con lengëtazo.
Publicar un comentario
<< Home